Los propósitos



Con ésta semana comenzamos ya oficialmente el año 2020. Hace 8 días hicimos, algunos, la lista de metas o propósitos para el año nuevo.

Cada quien su meta, su lista, su propósito y, también, sus intereses. Esperamos que se logren -aunque sea- los que tienen qué ver con la salud y la familia.

Pero ya entrado en gastos, este 2020 nos obliga a ser más contundentes, más específicos, más certeros, sobre todo, para aquellos quienes tenemos una función pública, al margen de quién nos pague.

Me explico: Este año la educación debería fijarse como meta romper esquemas, paradigmas y elevar la calidad de la enseñanza-aprendizaje de nuestros escolares, al margen de si les paga el gobierno o la iniciativa privada. Esperamos que los profes de Los Altos se comprometan con elevar los indicadores educativos.

Esperamos también que el sueldo, al margen del incremento al salario mínimo oficial, se ajuste en la región para que, primero, se pague lo justo a todos los empleados -de gobierno o de empresa- y que ese sueldo vaya acompañado de servicios de seguridad social como prestaciones médicas, fondos de retiro y prestaciones como la vivienda. Que los gobiernos se apliquen y ofrezcan verdaderos esquemas de respaldo a los trabajadores. Ojalá a los empresarios no les tiemble la mano en inscribir a sus empleados al esquema del IMSS-Infonavit.

Ojalá sea propósito de los burócratas atender bien y de buenas al ciudadano. Que mejore la recolección de basura, que no haya tantos baches, que la policía atienda rápida y eficazmente a los llamados de auxilio; que las calles y carreteras sean reparadas con prontitud; que el fomento al deporte y a la cultura vayan acompañados de buenos programas, buena agenda. Que la promoción de la salud y la economía sean prioridad para el gobierno, aunque entre los gobernantes se caigan gordos y sean de diferentes partidos.

Esperamos también que el año 2020 represente una oportunidad para que la gente tenga mejores espectáculos públicos, que no solo sean las fiestas anuales de cada pueblo una ocasión para pistear o trasnocharse a lo loco. Que los encargados de las fiestas de pueblo sean motivo para unir, para convivir, para fortalecer lazos de familia y amistad. Que no solo vean los centavos de utilidad que luego se reparten sigilosamente algunos funcionarios y funcionarias en algunos pueblos alteños.

También deseamos que el año 2020 permita a la sociedad contar con funcionarios más comprometidos, que haya anuncios de inversiones públicas y privadas que ayuden a generar empleo, que mejoren la economía, que faciliten el traslado de personas, que cuiden el medioambiente, que fortalezcan la sana convivencia, la promoción de actividades lúdicas donde no esté presente sustancia tóxica alguna.

El año 2020 puede ser uno más, otro igual, más de lo mismo. Sí es cierto.

Pero también podemos hacerlo un año diferente, disruptivo, de cambios, de plataformas para los proyectos e ideas que necesitamos para consolidar nuestras metas.

Que los aumentos en los productos, en los impuestos, en los indicadores de la delincuencia no pesen más que el ánimo de los habitantes al iniciar cada año. Que ahora sí logremos los propósitos, los anhelos.

Por lo menos, es nuestro deseo de año nuevo.

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