Por Christian Villalobos
Últimamente en la política mexicana nos encontramos con una pandemia que es más contagiosa que el mismísimo Covid, ya que vemos que el presidente de la republica fue el primero que presento síntomas, pero pronto contagió a un gran número de personajes, lo que dio por resultado una nueva cepa de este virus en Jalisco, se trata del virus de la megalomanía, la cual Enrique Alfaro conoce muy bien, no por nada se le conoce como el faraón jalisciense, pero entendamos un poco más qué significa megalomanía.
Según el Diccionario de la Real Academia Española, la megalomanía se define como: “una manía o delirio de grandeza”.
En base a esta definición no es exagerado afirmar que tenemos un gobernador megalómano, que constantemente arremete contra quien piensa diferente, que afirmó que cambiaría el orden constitucional estatal, incluso hubo quién habló de independencia.
Durante el inicio de la pandemia de Covid 19, se esmeró en mostrar una imagen de un gobernador que salvaba a Jalisco, recto y duro, pero se acercaron las elecciones y esas medidas desaparecieron, ahora el índice de contagios es enorme. La inseguridad en el Estado se disparó desde la llegada de Alfaro a Casa Jalisco, convirtiendo lastimosamente a nuestro estado en el epicentro de la inseguridad nacional. Además, endeudó a Jalisco de forma desmedida, en nuestro estado cada día más personas desaparecen y las autoridades estatales parecen no querer intervenir ante esta situación.
El mayor problema no radica en que el gobernante tenga una actitud megalómana corrompida, si no en que los ciudadanos les creamos que esa debe ser la manera de gobernar, la vacuna para este mal es muy sencilla, se le denomina, “participación social”. Para poder administrarla es importante que los ciudadanos nos informemos, estemos atentos, pero sobre todo que participemos en la vida pública, puede ser por medio de un partido político, una asociación civil, una agrupación o simplemente con nuestro actuar cotidiano, pero es importante que participemos, que nos involucremos en la vida social de nuestra patria chica, en la medida que cada uno de nosotros asuma su responsabilidad social, podremos restaurar el tejido social que tanto necesitamos.
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