Por Christian Villalobos
Se cumplen 500 años desde que los españoles llegaron al ombligo de la Luna, para descubrir una civilización organizada, con una rica cosmología, cultura, arquitectura y un sinfín de rasgos de grandeza y progreso, pero tecnológicamente atrasados, así como subdividido en diferentes naciones rivales entre ellas, que no compartían un sentido de identidad, por lo que para los peninsulares fue relativamente sencillo, conquistar militarmente, con la suerte de contar con armas biológicas secretas como la viruela, destruyendo muchos rasgos de las expresiones culturales prehispánicas, imponiendo su lengua, su estado de derecho y hasta su religión. Sin embargo, también unificaron territorios, permitiendo el mestizaje de ideas, de lenguaje, de alimentos que finalmente nos llevarían a lo que hoy tenemos y atesoramos.
En los últimos años se comenzó a hablar muy negativo sobre nuestra herencia hispánica, llamándolos bárbaros, en parte impulsado por el socialismo líquido latinoamericano, es curioso ver como se pronuncian discursos en contra de la cultura hispana en la lengua castellana, pero el colmo fue ver al presidente de México solicitar a los reyes españoles que pidieran disculpas por la barbarie de la conquista, olvidando que las gestas del ejército libertador de Hidalgo se masacraron súbditos españoles inocentes en Guanajuato y en Guadalajara, por citar solo dos pequeños ejemplos.
Debemos entender que México, nuestra amada nación es una mezcla de lo mejor de ambos mundos, una fusión perpetua y eterna, construyendo una nueva raza que de forma armónica creó una cultura mestiza, una cultura de fuego y sangre, que palpita en todo el país y que se extiende de alguna manera por Latinoamérica, dando un soplo de esperanza al sueño del libertador Simón Bolívar.
Los mexicanos debemos reconciliarnos con nuestro pasado, aceptándolo y también amándolo porque ese pasado glorioso en cada episodio, es lo que nos da la fuerza de seguir construyendo el destino que el dedo de Dios escribió, debemos sentirnos orgullosos y afortunados de nuestra cultura, nuestra tierra y que compartimos rasgos con las culturas milenarias tanto en América como en Europa.
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