Libros a lo bestia

+ ¡Qué problema para entrar a la FIL!
+ Princesas para que se calle Mariana
+ Y de ahí a Galerías y al cine, chido

Por Fabiola González Ontiveros

Diciembre… mes de fiesta, en muchos sentidos. Claro que el acontecimiento más importante es la Navidad, que aunque tiene sólo un propósito, para la gente tiene diferentes significados. Para muchos sólo significa posadas y diversión, y muchas veces borracheras, y para los niños por supuesto significa que van a tener juguetes nuevos el 25 tempranito.

En realidad no debí empezar por ahí, el punto era que ahora para mí diciembre significa mes de la FIL, y para quienes me hayan leído el año pasado y aún recuerden que dije que no me gustó… les cuento que este año sí la esperé con gusto.

Los planes estaban mejor hechos esta vez… por la mañana a la FIL, si nos aburríamos pues a Plaza del Sol, y por la tarde a Galerías.

Partimos pasaditas de las 8 de Tepatitlán, claro gritando y haciendo desmadre en el camión y llegamos allá como a las 9:30 casi a las 10. Porque eso del tráfico no deja nada bueno y cuando nos vimos afuera de la Expo Guadalajara casi nos vamos para atrás, la fila para entrar era larguísima y este año no se pudieron apartar las entradas, por lo que uno de nosotros tuvo que ir a comprarlas en lo que todos esperábamos pacientes, mientras nos formaron en filas de dos en dos como niños chiquitos y los camiones seguían llegando uno tras otro, y cada vez veíamos más gente, como fue viernes muchos iban con sus uniformes y todo, de secundaria en su mayoría, a quienes se les notaba que no tenían ganas de estar ahí pero era preferible a estar en la escuela. “Lo que hace uno por volarse las clases” pensé.

Por fin entramos y ahora… al gentío que había por todos lados se le sumaban todos los libros repartidos a lo largo y ancho de la expo, ahí todo mi grupo se separó y cada quién agarró por su lado, mis amigas y yo nos quedamos un momento paradas, porque al ver tanta gente no sabíamos por dónde jalar, pero pues el chiste era ver, así que empezamos a caminar.

Me dio mucha lástima ver a los uniformados con sus caras largas parándose en cada stand y teniendo que seguir a los profesores que les explicaban todo, como si ellos no pudieran verlo, en vez de andar por ahí buscando por su propia cuenta.

Mientras encontraba algo entretenido me dediqué a coleccionar separadores de libros y folletos, pero al final ya no sé ni donde quedaron y sólo terminé con tres.

Vi muchos, pero muchos emos y estrafalarios, y alguien que estaba cerca de nosotros también los vio y les dijo a sus amigos: ¿A poco saben leer...? Mientras yo me reía de eso, los raros voltearon a ver a quien dijo eso, pero pues… ¿quién les manda ser tan extraños?

Tal vez este año no estaba tan aburrida, porque… bueno en primera los planes que seguían después de la FIL me gustaban, y luego porque iba a buscar un libro que aunque ya medio me sabía la historia me atraía tanto que no iba a descansar hasta tenerlo, y dicho y hecho… caminé por todos lados hasta encontrar el stand de Alfaguara, la editorial del libro que estaba buscando y cuando por fin lo encontré sin pensarlo mucho lo tomé y me dirigí a la caja, “antes que me arrepienta” pensé, porque en otras circunstancias ese dinero lo habría usado para comprar ropa o cualquier otra cosa, pero me convencí de que era mucho más productivo comprar un libro, y cuando lo pagué… es medio ridículo pero me sentí realizada, y ya estaba deseosa por empezarlo a leer y hundirme en la historia, pasar muchas horas en silencio dejando volar la imaginación… Es muy bonito leer, siempre y cuando sea una historia que me tenga atrapada, por lo que me sentí muy contenta con el libro en mis manos, y para los que se les haga totalmente inútil gastar en un libro… pues pobres tarugos la verdad.

Seguimos recorriendo el lugar y encontré unos libritos muy cortos e ilustrados, debo decir que muy baratos también, así que tampoco me la pensé para comprarle unos cuantos de princesas a mi sobrinita, si le tengo que llevar algo mejor que sea algo en lo que se entretenga en silencio, se divierta y vaya practicando la lectura, aunque después tenga que huir para que no me persiga con la idea de contármelos.

Pensé en comprar alguno de cocina para mi mamá ya que andamos de espléndidos comprando libros, pero después me acordé que siempre cambia las recetas poniéndole y quitándole cosas, así que mejor no se lo compré.

Nos topamos con Océano, que siempre me ha gustado por el simple hecho de que es la editorial de Harry Potter, así que entramos y una de mis amigas se llevó un libro también, durando mucho para decidir porque no se resignaba a gastar en un libro… pero pues se lo llevó.

Caminamos al área internacional, o al menos así decía, pero la traducción para nosotras eran más libros, y encontramos un lugar que decía “Libros a 50 pesos”, nos llamó la atención primeramente por el precio, un buen libro a 50 pesos es muy raro, pero lo más importante era el tamaño del libro, parecía biblia, así de grueso y tamaño carta, comenzamos a ver lo que había, y eran libros conocidos gracias a todos los títulos que nos habían dado a leer durante el semestre en literatura, y casi me llevo uno de Carlos Marx para regalárselo a mi profe de filosofía, pero mis amigas no me dejaron.

Nos pareció una lástima que no nos llamaran la atención los libros que ahí había, porque por el precio al que estaban era una ganga. Cuando vimos un libro rojo, gigante igual que los otros, que se titulaba: Novelas Románticas, para otra de mis amigas que está enamorada del amor y le encantan las poesías románticas y cursilerías de esas, se le iluminaron los ojos cuando vio el libro y tampoco se lo pensó mucho, sacó el billete y lo pagó.

Así que ya éramos 3 de las 4 que somos con libro en mano, y es lo más lógico porque se supone que a eso vamos a la FIL, pero en realidad uno o dos meses antes de estar ahí sólo vendría siendo un paseo escolar.

Después nos encontramos un mapita, que bien nos hubiera servido una hora antes, pero pues ya qué… Además el chiste era ver, así que aún sin mapita la hicimos.

Después nos fuimos a Plaza del Sol cuando nos cansamos de la FIL y merecidamente nos devoramos una deliciosa pizza porque ya necesitábamos recargar las baterías.

Después de comer nos fuimos a Galerías, en donde me pasé la tarde entre tienda y tienda gustosa… viéndolo todo y tomándonos fotos a lo bruto, me metí al cine para ver una película que parece que jamás van a traer a Tepa y pues... ya cuando salimos sólo tuvimos que hacer tiempo para regresar.

El camino… no puedo decir que estuvo tranquilo, porque los hombres se entretuvieron bailando todo el camino, lo cual a las mujeres nos ponía nerviosas y yo sentía que casi no llegábamos a nuestro destino, pero por suerte todo ocurrió sin percances.

Con mucho gusto esperaré la FIL el próximo año, porque aunque no esté en la Prepa me daré una escapada desde donde esté para echarme una vuelta a Guadalajara.

Y de una vez les adelanto que la siguiente semana les voy a platicar cómo estuvo mi viaje a chilangolandia. Y ya no me queda más que decirles… ¡Hasta la próxima!

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3 Comentarios

  1. creo que en lugar de realizar una buena cronica , la cronista esta presumiendo sus vacaciones y ademas amenaza con tener mas y eso para mi es de mal gusto.

    no son articulos interesantes.

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  2. Pues no los leas, pendejo

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  3. "¿A poco saben leer?" Jajajaja!

    Bastante interesante y entretenido el post...

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