Recuento de una FILómana

Por Miroslava Lomelí

Aplausos resuenan en el Auditorio Juan Rulfo, el domingo 30 de noviembre, cuando el público ve aparecer a Gabriel García Márquez, para celebrar los 80 años de Carlos Fuentes, junto con Carlos Monsiváis, Sergio Ramírez, Esteven Boldy y Vicente Quitarte.

Ponchito enloquece con sus ocurrencias a los presentes en Por Qué las Mujeres Aman a los Pendejos; al día siguiente Fher de Maná tiene una desafortunada charla con el filósofo Fernando Savater, pues no supo como entrevistar al español; más tarde Xavier Velasco exclama “todos tenemos dos capítulos, hasta mi abuelita”.

El miércoles se presenta Rudo y Cursi en la Feria Internacional del Libro y Trino bromea “Juan Sandoval Iñiguez: Rudo, Emilio González Márquez: Cursi”, la gente se aglutina al final del evento para poder ver a Carlos Cuarón y Diego Luna, mientras que en la explanada, hoy Foro Expo, no queda ni una silla vacía, Pérez Reverte, escritor, corresponsal de guerra y columnista español, presenta junto con Elmer Mendoza, novelista mexicano, a Los Tigres del Norte y dos horas después los vemos a todos salir del lugar cual estrellas de rock. La noche del sábado 6, los asistentes tememos que Carlos Fuentes aparezca para sacar del lugar a Guillermo Fadanelli, autor defeño, que exclamó “Fuentes es la primera momia de la literatura”.

Sí, debo confesar que la Feria Internacional del Libro de Guadalajara (FIL) es mi gran fiesta anual, jamás he asistido al Tradicional Baile de Veracruz, nunca he participado en las cenas que se organizan con los autores, ni he asistido a los cócteles en los que los escritores conviven con autoridades y organizadores de la Feria, mucho menos me he lanzado a la fiesta de prensa, sin embargo el festival de las letras se convirtió en mi fiesta anual.

Puede que muchos piensen que ir a FIL es dar vueltas entre pasillos llenos de libros, que hay que ir con una fuerte suma de dinero, pero si se es lector de hueso colorado, hay posibilidades de conseguir algo más que un par de libros que no hemos encontrado en las librerías de Guadalajara. Coincidir con los autores que nos han hecho viajar a través de sus historias e intercambiar ideas con ellos es un gran pretexto para visitar la Expo, durante cualquiera de los nueve días en que editores, distribuidores, vendedores y el resto de los culpables de que el libro llegue a nuestras manos se reúnen.

Afortunadamente los dos primeros días de Feria están abiertos, durante todo el día, para los visitantes y las actividades a puerta cerrada concluyen el quinto día de FIL, así que las presentaciones de libros, conferencias y seminarios o cursos están a la disposición de quienes quieran aprovechar.

Los conciertos, por las noches, en el Foro Expo son gratuitos y si el país invitado tiene la ambición de pasar a la posteridad de la memoria FILómana, hará lo que Chile en 99 y traerá a su mejor banda de rock o emular la idea de Andalucía, en 2006, que nos trajo al cantante más querido que ha dado España: Joaquín Sabina.

Hace once años que visito la Feria Internacional del Libro de manera ininterrumpida y siempre espero a tener entre mis manos el programa impreso, la primera jornada de un asiduo a FIL es de exploración del terreno y la búsqueda de una buena conferencia, pero por la noche, al llegar a casa, una revisión y selección de conferencias y presentaciones es lo habitual para casar el máximo provecho para tener buena Feria y aunque la de Italia no fue lo que se esperaba, pues el homenaje a Carlos Fuentes brilló más que el país invitado, Umberto Eco y Alejandro Barico, autores representativos, no hicieron su arribo y en los espectáculos no encontramos nada conocido, la del 2008 no estuvo mal...

Publicar un comentario

0 Comentarios