¿Todo arreglado?
Y de repente todo cambió. Como si se hubieran llevado a cabo una serie de negociaciones exitosas en los días previos al inicio del nuevo gobierno; como si el inepto y frívolo expresidente Fox le hubiera cedido las riendas del país a su relevo antes de dejar el cargo -exactamente lo que hacían antes los gobiernos priistas-, y éste hubiera hecho los arreglos necesarios para terminar con la confrontación e iniciar su gobierno en paz...
De repente los diputados perredistas cedieron y Felipe Calderón apareció de pronto en el Congreso de la Unión, rindió su protesta, se colocó la banda presidencial, cantó el himno nacional y se fue. Y no pasó nada de lo que esperábamos la mayoría de los mexicanos, no hubo ni muertos, ni heridos, ni golpeados, ni detenidos, nada. Todo quedó en el espectáculo vergonzoso que dieron los diputados en los días previos y todavía una hora y media antes de que llegara el nuevo presidente a su toma de protesta.
De repente hasta el Peje Andrés Manuel López Obrador se volvió prudente y antes de iniciar la marcha desde el zócalo al auditorio nacional dio instrucciones muy precisas a sus seguidores, fue muy enfático en ordenar que "Ni una fachada pintarrajeada, ni un vidrio roto, cero enfrentamientos", la marcha -instruyó a su gente- debía ser pacífica y ordenada; llegaron al auditorio, se encontraron con las vallas policiacas y no pasó nada, ahí terminó todo, dejará de hablar del fraude electoral y enfocará su lucha ahora por un salario digno para los trabajadores.
De repente ya está todo arreglado en Oaxaca, aparentemente, ya no hay barricadas, ya no hay marchas de protesta, ya no hay plantones, ya no hay bloqueos de calles, ya no transmite nada la APPO desde Radio Universidad que le fue entregada pacíficamente a la casa de estudios, ya hasta fueron detenidos algunos de sus líderes como Flavio Sosa.
Pero queda Ulises Ruiz en la gubernatura y hay muchos detenidos. Si Felipe Calderón Hinojosa metió las manos e hizo lo que tenía que hacer para desactivar los conflictos, no debe permitir que se queden estos pendientes, especialmente estos dos: un gobernador ampliamente repudiado por los oaxaqueños riéndose de las protestas y de la inconformidad, y cientos de detenidos -lejos de su tierra- que sólo siguieron las órdenes de sus líderes que siguen en libertad.
Siempre pasa lo mismo. Unos son los que instigan, los que azuzan, los que excitan, los que mandan al matadero, y otros los que pagan las consecuencias. Ciertamente alguien tiene que pagar por el grave daño a la economía de Oaxaca, por los empleos perdidos, por las inversiones retrasadas, por los que murieron o resultaron heridos. Que paguen quienes lo provocaron todo, que pague Ulises Ruiz, que paguen quienes encabezaron pero no los cientos de detenidos que fueron trasladados a una cárcel de Nayarit y a quienes ni siquiera pueden ver sus familiares.
Si Felipe Calderón quiere empezar bien su gobierno y de hecho parece haberlo empezado bien, antes incluso de tomar posesión de su cargo desactivando los más graves conflictos que había en el país, debe empezar por hacer justicia en Oaxaca en todos los sentidos. Ya estamos en diciembre, si se va Ulises Ruiz ya no pierde el PRI esa gubernatura, se nombrará al substituto de ese mismo partido para los cuatro años restantes, debe irse. Entre los detenidos hay gente inocente, no se deben quedar en prisión todos los que fueron trasladados a Nayarit, ni siquiera la mayoría. No atender esto sería dejar latente el conflicto, sería injusto. Oaxaca necesita más apoyo del gobierno federal, hay mucha pobreza, mucha injusticia...
La solución policiaca sólo es temporal. La ausencia de barricadas y de plantones no significa que todo haya vuelto a la normalidad, a menos que por normalidad se entienda la injusticia de siempre y el sometimiento ancestral de los indígenas. No hay solución en Oaxaca y Felipe Calderón lo sabe, la paz y la tranquilidad son aparentes. Pudo tomar posesión, negoció lo que tenía que negociar, pero esto apenas empieza. O se va Ulises, se libera a detenidos, se hacen las reformas necesarias y se rescata económicamente al pueblo de Oaxaca, o más temprano que tarde veremos las cosas peores en este país.
Parece Felipe Calderón un hombre inteligente, que tuvo que negociar con todo mundo empezando por los ultras de su partido y siguiendo con Salinas, con Zedillo y con todos los priistas, y hasta con los ultras del perredismo, parece... necesitamos que lo siga demostrando.
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