¿Secuestros?¿Qué tanto son en realidad secuestros, y qué tanto los llamados levantones de la mafia o detenciones por parte de policías federales, lo que está ocurriendo últimamente en todo el territorio nacional?
Si de secuestros se trata, por ser éste un delito del orden común que les corresponde investigar a las procuraduría de justicia estatales, están obligados los gobierno locales a intervenir con firmeza y evitar que proliferen, para eso hay cuerpos especiales de policías dedicados a eso, si no en todos lados, hay que copiar los de otras entidades, los de Morelos y el Distrito Federal tienen fama de eficientes.
Si se trata de levantones es poco lo que los gobiernos locales pueden hacer, aunque en teoría les corresponde igualmente investigarlos porque se trata en principio del delito de privación ilegal de la libertad, pero es de todos sabido que ese tipo de acciones las viene realizando la mafia del narcotráfico y con ésta sólo se puede enfrentar el gobierno federal, como lo viene haciendo en Michoacán y Jalisco.
Pero es muy probable también que se trate de detenciones por parte de policías federales, en cuyo caso lo único que le queda por hacer al gobierno local es lo que ya hizo el gobernador de Veracruz Fidel Herrera Beltrán, exigirle respeto a la Procuraduría General de la República para que tenga la gentileza de por lo menos avisar acerca de lo que están haciendo.
Se podrá alegar en contrario que un aviso, aunque fuera exclusivamente al gobernador de un estado, podría poner en riesgo la operación, pero es más fácil que estén involucrados con el narcotráfico quienes van a realizar la detención, que un gobernador.
Y es un riesgo que hay qué correr. El combate al narcotráfico no puede llevarse a cabo bajo una especie de ley de la selva en la que cada quién, dependiendo de su fuerza, haga lo que le venga en gana. Hay leyes y hay un pacto federal que se deben respetar, de lo contrario quienes supuestamente están aplicando la ley realizando esas detenciones, se convierten así mismo en delincuentes.
Eso sin contar con que ya no se sabe quiénes son policías y quiénes mafiosos disfrazados como tales y aún más, que en ocasiones trabajan juntos, para nadie es un secreto que las policías de todos los niveles en este país, pero especialmente las federales, están infiltradas por el narcotráfico.
El caso más reciente que recuerdo es el de Ponciano Vázquez Lagunes, secuestrado y asesinado en Tabasco, en el que fue evidente que al privarlo de su libertad en Villahermosa participaron ambos, policías federales y sicarios al servicio de la mafia. Sin haber demostrado que una parte de ellos pertenecían efectivamente a una corporación policiaca no habrían podido llevar a cabo el operativo gigantesco que desplegaron para detenerlo, levantarlo o secuestrarlo; y la mejor prueba de que se trataba de un asunto de la mafia fue que luego lo asesinaron después de haberlo torturado.
Entonces, si a ese nivel de tropa y mandos inferiores y medios trabajan juntos policías y narcotraficantes, es necesario que al más alto nivel se informe a la autoridad local, a los gobernadores por lo menos, de las acciones que vayan a realizar los AFIs, SIEDOs, PFPs y demás yerbas, para que la autoridad sepa si se trata de un asunto oficial, y si no para intervenir y coadyuvar con sus propias fuerzas en la investigación y esclarecimiento, lo más rápido posible, del delito que se está cometiendo.
Esa falta de coordinación en aras del sigilo para no correr supuestos riesgos, a los únicos que beneficia es a los mafiosos, que se disfrazan de policías o cometen sus delitos apoyados por policías sin que nadie los moleste, los federales no porque muchas veces son sus cómplices, y los estatales y municipales tampoco porque, o también lo son, o no pueden intervenir porque no reciben órdenes para hacerlo, porque ni su más alto jefe que es el gobernador, sabe de qué se trata.
Es loable la decisión del nuevo presidente Felipe Calderón de enfrentar con todo a la mafia del narcotráfico, se está jugando el pellejo, ojalá que tenga la suficiente protección para que no sea el primer presidente que mata la mafia en este país, pero con todo y los aplausos que esto merece por parte de la gente de bien, tiene que ser respetuoso con los otros niveles de gobierno, la PGR debería de informar a los gobernadores de las acciones que está realizando en los estados, y si esto implicara el fracaso de alguna operación, pues habría que investigar lo que pasó y exigirle cuentas a quien se le deban exigir, pero que no impere la ley de la selva.
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