El Pique
Por Juan Flores García
"El Pique" era un juego infantil que jugábamos en nuestra vida de chamacos y en la juventud. Bueno, fue uno de tantos que jugábamos para divertirnos.
Este juego consistía en tirar contra la pared monedas o canicas hasta que una de ellas, de retache se acercara a tocar algunas de las que estaban ya en el lugar que se habían colocado al lanzarlas; también se conoce por la "rayuela". Se tiraba desde una distancia considerable y aquella moneda que quedaba más cerca de la pared era la ganadora. También se juega en un lugar abierto donde se marca una raya y la moneda o canica que se acercara más es la ganadora. Varios muchachos nos reuníamos para jugar.
Aparte de este juego había otros como el de los "volados" para el que usábamos aquellas monedas que tuvimos de cobre o níquel y que aventábamos al aire para adivinar su caía águila o sello, y atinar o perder el volado. "Los volados" también eran igual que el tapado, solamente que este se hace en la mano para adivinar si era águila o sello. Estos juegos de azar eran parte de nuestra cotidiana diversión.
Había otros pero ya de más seriedad, que consisten en probar la fuerza. Estos fueron las "vencidas" de los dedos, para lo cual se unían hasta doblar la mano del contrario. También hay "vencidas" con los brazos. Se colocaban sobre una mesa los codos en forma que las manos queden para arriba y con los brazos hacer presión hasta vencer al contrario y tratar de hacer caer con toda la fuerza sobre la mesa, el brazo del contrario.
Había otra lucha que también hace saber quién tenía más fuerza. Era la misma que la anterior, solo que el codo se tenía al viento, o sea, los contendientes, puestos de pie, colocando la mano izquierda en la cintura y los pies separados para tener equilibrio. Otra prueba de fuerza realizada estando acostados en el piso los contrincantes, y encontrados y juntos de lado, pero boca arriba, entrelazaban una pierna con la otra del contrario y para arriba, depositar toda la fuerza hasta hacer que cayera de lado la pierna del rival.
Todas estas competencias eran de exhibición, que reunían a tantos muchachos como había y apostábamos a nuestro favorito. Había otros pasatiempos como jugar a rodar una rueda y empujarla con la mano, fijando una meta para que el que llegara primero, ganara. Un pasatiempo, un tanto peligroso fue aquel en que en una llanta de camión, nos metíamos para rodar hasta donde ésta se detuviera topando con alguna cosa. Éramos tan arriesgados en este juego, que no nos importaba, que no eran pocos los golpes y raspaduras que hasta con la ropa rasgada. Claro que no había la cantidad de autos estacionados con los que pudiéramos chocar. No medíamos el peligro al lugar que escogíamos, a veces era de bajada para que tuviera velocidad y rodar lo más lejos que fuera.
Todas estas competencias se llevaban a cabo en cada barrio, o reunidos en aquel tantas veces mencionado lugar, "La Plazuela", la que fue de todos.
Así sanamente nos divertíamos, y claro, que aunque hoy parezcan un tanto ridículos, estos nos daban la oportunidad de superarnos y sobresalir en cada uno de ellos al mostrar nuestra fuerza o destreza. ¡Caray, amigos! Con ganas reunirnos ahora que ya somos mayorcitos y poder competir en tan añorados y sencillos pasatiempos, porque así fue Tepa en el tiempo.
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