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Gastalones

Gastará la Secretaría de Gobernación 44 millones de pesos en remodelar sus oficinas, decía esta semana una información de primera plana en Reforma. No es de extrañar, en cuanto llegan al poder les entra a los panistas una ansiedad por modificar lo que ya existe y por gastar lo que no tienen, lo mismo en Jalisco que en Veracruz, y en este caso en el gobierno federal.

Lo empecé a notar hace diez años cuando fui por primera vez a Puerto Vallarta (no conocía yo ese lugar a pesar de haber vivido en Guadalajara y luego en Tepatitlán, porque quedaba y queda muy lejos de la capital del estado al no haber una carretera corta para llegar, queda más cerca Manzanillo, Colima y en el mismo tiempo de recorrido se llega a Mazatlán, Sinaloa), llegué y no me gustó. Había un escarbadero por todos lados, lo que provocaba un embotellamiento de tránsito espantoso en medio de un calor infernal. Ya gobernaba el PAN en ese lugar.

Después lo vi en Lagos de Moreno, gobernado también por el PAN, el mismo escarbadero en calles y avenidas donde no hacía falta ninguna modificación, y luego en la capital del estado desde que llegó como gobernador Alberto Cárdenas Jiménez y luego Francisco Ramírez Acuña, el mismo escarbadero por todas partes, ampliación de avenidas, modificación de los trazos originales, construcción de pasos a desnivel donde no hacían falta, y la consiguiente molestia de los habitantes por tantos trabajos de vialidad en su mayoría inútiles.

Y lo veo ahora en el Puerto de Veracruz, siempre están levantando el pavimento y volviéndolo a colocar en algún tramo de la avenida Díaz Mirón, y quiere el alcalde Julen Rementería sacar a los locatarios de un mercado en el centro de la ciudad para remodelarlo, nomás que éstos ya saben lo que les espera, que en cuanto se salgan lo van a renegociar y ellos se van a quedar chiflando en la loma, y se oponen por lo tanto a dejar sus locales. Y quiere también destruir el histórico y emblemático Parque Zamora para construir ahí un estacionamiento subterráneo, lo que podría ser el gran negocio del trienio.

Y el nuevo secretario de Gobernación Francisco Ramírez Acuña decidió ya gastarse 44 millones de pesos en remodelar sus oficinas, luego de que en Guadalajara gastó no sé cuántos millones en la construcción de esos arcos horribles que hay sobre la avenida Lázaro Cárdenas, cuyo presupuesto inicial -cuando era alcalde- era de 12 millones de pesos, luego subió a 22, luego a treinta y tantos -total, ya era gobernador- y actualmente no sé en cuánto irá ya la cifra original, porque es hora que no los terminan.

¿Qué afán tienen los gobernantes panistas por construir obras innecesarias y por hacer remodelaciones y modificaciones en edificios y a la vialidad donde tampoco se necesitan?, como que para ellos todo lo que hicieron los priistas está mal hecho y hay qué cambiarlo. ¿O será que lo que quieren es gastar...?

Piensa mal y acertarás, dice un conocido refrán. ¿Qué porcentaje les toca -por debajo del agua- de cada contrato que otorgan?, ¿el 10 por ciento por lo menos?, de 44 millones el 10 por ciento son más de cuatro milloncitos, no está mal... ¿cuánto está costando levantar el pavimento de la avenida Díaz Mirón en Veracruz una y otra vez?, menos, por supuesto, de lo que va a gastar la Secretaría de Gobernación en la remodelación de sus oficinas, pero si el porcentaje es el mismo pues... de grano en grano llena la gallina el buche.