Sumario

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Al Sr. Slim

Señor Don Carlos Slim:

Además de "Señor" le llamo "Don" porque alguien que tiene mucho dinero es Don Fulano, hasta un perro si tuviera mucho dinero no sería un perro cualquiera, sería Don Perro, y Usted tiene mucho dinero y además es muy perro para los negocios, así que para mí es usted el Señor Don Carlos Slim.

Si se fija no le antepuse ni Estimado ni Apreciable porque no lo estimo ni le tengo ningún aprecio, más bien al contrario y a continuación sabrá por qué.

Según las noticias ocupaba Usted el lugar número 27 entre los hombres más ricos del mundo, pero ya el año anterior pasó Usted a ocupar el tercer lugar y dicen que este año aparecerá en la revista Forbes como el segundo hombre más rico del mundo.

Pero no es por eso que no lo aprecio, sino por la forma en que ha llegado a tener una de las fortunas más grandes del planeta, y sobre todo porque en su afán de hacer dinero me ha llevado a mí entre las patas.

Primero, cuando tenía Usted el monopolio absoluto de cobrar todas las llamadas telefónicas en este país, sentí que me estuvo robando con las de larga distancia, aparecían en mi recibo algunas que nadie en mi domicilio había hecho, a lugares que ni conocíamos en mi familia, o le agregaban sus empleados dos o tres llamadas más a los números a los que solíamos llamar, y como no había manera de demostrar que no las habíamos hecho, mes tras mes me bajaba Usted una feria a la malagueña.

Después, cuando entraron a competir con Telmex otras empresas en el servicio de Larga Distancia, que por desgracia tenían que utilizar las mismas líneas suyas, me empezó Usted a trabar con el Servicio Medido cargándome llamadas de más, y me siguió saqueando así mi raquítica economía. Tampoco había manera de evitar el contribuir a que siguiera Usted ascendiendo en la lista de Forbes.

A continuación, cuando las críticas y protestas por este abuso subieron de tono, inventó Usted otra forma de jodernos, el servicio de internet a través de su nueva empresa llamada Prodigy, hasta nos ofreció a los usuarios regalarnos (ajá...) una computadora si contratábamos por dos años dicho servicio, pagando las mensualidades correspondientes, y lo que hicieron y siguen haciendo sus empleados fue que cada vez que se conecta uno al internet a través de Prodigy, a cada rato se pierde la conexión para obligarlo a uno a hacer otra llamada y otra y otra y varias más para seguirnos esquilmando con el cobro del Servicio Medido. Me obligó a hacer otro gasto y a contratar el Infinitum, más caro por supuesto.

Inventó también, o se lo copió a algún otro vivo de otro país, otra forma de sacarle dinero a la gente, incitándola a hacer llamadas a cada vez más programas de televisión con el cuento de que se van a ganar miles de pesos, supongo que para eso compró Usted parte de Televisa. Pero en esa transa no he caído, aunque una noche estuve a punto.

Sin embargo ahora sí ya me sacó Usted de quicio. No hay día en que no me llame alguno de sus empleados al número de Telcel que utilizo, para darme a conocer los nuevos servicios que ofrece esa que es otra de sus empresas.

La primera vez le contesté con educación, lo escuché y le dije al terminar que no me interesaba, que muchas gracias. Al día siguiente le dije a su empleado que estaba yo muy ocupado y que no lo podía atender. Un día después no lo dejé que me explicara nada, ya conocía yo el número desde el que me llamaban y le dije que no me interesaba lo que me iba a decir y colgué. En la siguiente ocasión le grité que ¡No! "Oiga, soy fulano de tal..." ¡No! "Sólo quiero decirle que..." ¡No! "¿Es usted la persona que...?" ¡No! "Perdone ¿con quién tengo el gusto...?" ¡No! "Permítame..." ¡No! y le colgué...

Pero no se dan por vencidos. Volvió a sonar el teléfono celular y como -repito- ya conozco el número, el 0000001112 le cuelgo sin contestar y apago un rato el teléfono, pero con frecuencia cuando lo vuelvo a encender ¡ahí está otra vez la llamada! de su empleado, y le vuelvo a colgar y lo vuelvo a apagar. Ya no sé qué hacer...

Ayer, como me había desvelado bastante la noche anterior (me acosté hasta en la mañana) pensé en dormir toda la mañana, pero a las 10:00 entró la consabida llamada de Telcel. Vi el número, colgué y apagué el teléfono. Desperté dos horas después a las 12:00, y en cuanto encendí el aparato entró un mensaje de Telcel. Marqué el asterisco 86 nomás para comprobar si ahora me iban a empezar a acosar con mensajes y:

"Buenas tardes, mi nombre es Verónica Díaz, hablo del centro de atención telefónica de Telcel. Esta es la tercera ocasión en que intentamos comunicarnos con usted sin tener éxito, el motivo de esta llamada es porque para nosotros usted es muy importante, por ello es que queremos conocer su opinión respecto al servicio que se le ha brindado últimamente en Telcel. Por favor cualquier duda, queja o sugerencia marque asterisco 111 send, no le va a generar ningún costo y es todos los días de la semana, de 8 de la mañana a 8 de la noche. Le atendió Verónica Díaz, que tenga una excelente tarde. Gracias".

Gracias Verónica, tiene usted una bonita voz pero no me vuelva a llamar. No es con usted la cosa pero ya no lo intente porque no tendrá éxito, si para ustedes soy muy importante por favor déjenme en paz. Mi opinión se la estoy enviando en esta carta al señor Carlos Slim porque prefiero no marcar el asterisco 111 send. ¿Que no me va a generar ningún costo?, mmm... qué generosos.

Por favor Señor Slim... Cada vez que me marcan de Telcel si contesto la llamada me cuesta, no me venga con el cuento de que no me va a sacar unos centavos. Lo imagino a Usted sentado en el cómodo sillón de su oficina con un látigo en la mano y arreando a sus empleados: ¡Órale holgazanes!, quiero más dinero, ¿cuánto ganamos hoy?, ¡muévanse...! Y por las noches sin poder dormir, imaginando nomás los montones de dinero; y si logra dormir un rato soñando con lingotes de oro y bóvedas repletas de billetes, y despertando sobresaltado y gritando ¡dinero¡ ¡dinero! ¡dinero...!

Es cierto, nadie me obliga a utilizar los servicios de sus empresas, pero no hay más, o las hay pero no pueden competir con las de usted, así que nos vamos acostumbrando al monopolio. Pero ¿qué le cuesta ser menos voraz? ¿Qué le cuesta...? tener que esperar un poco más para ocupar el primer lugar en la lista de los hombres más ricos del mundo. ¿Se siente jodido todavía?, ¿siente que aún le falta dinero?, ¿disfruta del que tiene?, ¿se lo va a acabar en lo que le queda de vida, o se lo va a llevar a la tumba?, ¿le van a echar en el ataúd, con usted, sus tarjetas bancarias y sus chequeras?, porque el dinero en efectivo no le va a caber, se necesitarían varias cajas del mismo tamaño que en la que lo van a enterrar a Usted y un ejército vigilando la tumba para que no se lo robaran.

Por favor Señor Slim, deje de estarme chingando, ya me tiene hasta la madre.

Atentamente.

PD.- Sé que si esta carta le incomoda en lugar de llamarlo a la reflexión, con la mano en la cintura puede Usted meterme a la cárcel por difamación, por lo menos, porque no puedo demostrar que me ha estado robando, porque no es Usted pendejo sino todo lo contrario, se pasa de... inteligente. Si tiene la conciencia tranquila, hágalo, tendría yo que seguir trabajando en la prisión para mantener a mi familia.

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