+ Al igual que en Tepa, está desaparecida la Profeco
Zapotlanejo, Jal.- No hay quién vigile y controle los precios de los productos que se venden en este municipio, los regulan sólo la oferta y la demanda y la buena voluntad de los mismos comerciantes.
La Profeco en Zapotlanejo cerró hace ya mucho tiempo, prácticamente al crearse el Grupo de los Cien y por si fuera poco la Cámara del Vestir desapareció simplemente por desinterés de los mismos comerciantes, aunque al decir de los mismos ciudadanos, nunca funcionó un regulador de precios en la ciudad, cada quien vende como quiere y como se deje el cliente.
Constatándolo en las calles, por ejemplo, una lata de refresco en un lugar cuesta 6 pesos y conforme camina uno más al centro va subiendo de precio desde 50 centavos hasta un peso; el huevo sí que cuesta un huevo comprarlo ya que en las tiendas se le encuentra hasta un peso por cada blanquillo, cotizando el kilo hasta en 16 pesos siendo que en Tepatitlán lo encuentra uno a 12 pesos el kilo, así como en Guadalajara. Y así sigue la lista de productos donde cada quien vende dependiendo de cómo vean al cliente.
Al cuestionar a la ciudadanía y a la misma autoridad acerca de quién se encarga de supervisar que los comerciantes no abusen de los consumidores, todos señalaban que la Profeco es la responsable, pero al no haber en Zapo, si alguien tiene una queja tiene que acudir a la delegación ubicada en Atotonilco, la que prácticamente está quebrada ya que este Semanario al acudir al lugar así lo manifestó la recepcionista ya que no hay dinero ni para los mismos sueldos.
Entonces no hay nadie quien pueda proteger a los consumidores de comerciantes voraces y sin escrúpulos, sobre todo los que venden los productos básicos en Zapotlanejo.
Detuvieron a 50 por arrojar huevos en martes de carnaval
Zapotlanejo, Jal.- Cerca de cincuenta detenidos hubo el pasado martes de carnaval, todo por dar de huevazos a los transeúntes, ni las patrullas nuevas se escaparon.
Una costumbre muy arraigada en Zapotlanejo es la de festejar los martes de carnaval con baños de agua a cubetazos y ahora añaden la variante de tirar huevos a quien se encuentren, además de bolsas con productos extraños no identificados.
Antes la costumbre era pintarse de azul con colorante, como no lo permitió la autoridad, le cambiaron ahora a aventar huevos, la policía municipal llegó a arrestar a cerca de 50 jóvenes, en su gran mayoría menores de edad a quienes se les sorprendió en plenas batallas campales con blanquillos, trasladándolos a la presidencia municipal.
No tardaban en llegar las unidades con los muchachos retenidos, que en llegar igual número de padres de familia para pedir que les devolvieran a sus hijos, lo que hizo el juez municipal no sin antes llamar la atención a los progenitores.
Al final de la jornada las flamantes unidades 2007 recién adquiridas, lucían con varios impactos de los huevazos que los jóvenes les propinaron a los gendarmes.
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