Siete Días: Pedófilos

Pedófilos

Pocas cosas causan tanta indignación general como el abuso sexual de niños. De todos los tipos de personas en el mundo (hombres, mujeres, jóvenes, personas de la tercera edad, etc.), los niños son el sector que necesitan más protección porque sencillamente no pueden arreglárselas solas, y cuando nos enteramos que un adulto ha violado a un niño, la mayoría de nosotros condenaremos ese acto y pediremos que se castigue con todo el peso de la ley. Pero cuando además de la violación, nos enteramos que el que lo hizo era una persona de confianza del pequeño y lo manipuló para que ese niño aceptara una relación sexual con un adulto, por lo menos yo, y muchos coincidirán conmigo, no puedo sentir menos que verdadero coraje contra el violador por haber actuado con tanta alevosía y ventaja sobre un niño confundido para hacerle daño.

Son los pedófilos, los hay por todos lados y actúan a las calladas. No atacan violentamente, sino que se ganan a los niños solitarios, descuidados y/o desprotegidos que son muy fáciles de encontrar. Hace unos meses publiqué en estas mismas páginas un reportaje sobre estos “childlovers”, pues así es como se han autodeterminado, y su manera de envolver a los pequeños brindándoles atención y cariño, para terminar abusando sexualmente de ellos, como una muy retorcida especie de “noviazgo”.

Los “childlovers” no se quedaron tranquilos. Publicado en la versión en Internet del 7 Días, de inmediato recibí comentarios de un ex niño abusado a los 8 años que defendía a los pedófilos sobre el fundamento de que “soy quien soy gracias a ese cariño que mi boylover me tuvo”. Luego de mi aclaración de rigor, su siguiente comentario resultó ser agresivo y grosero, sin una dirección de correo a la cual responder, por lo que me negué a seguirle la corriente a alguien que no sabe discutir sin agredir.

Nuevos comentarios vinieron. Los lectores dejaron sus propias opiniones, la mayoría reprobando el comentario inicial de ese ex niño abusado, todos con sus propias palabras y expresiones, y otros “childlovers” dejaron las suyas defendiendo su postura. Inclusive publicaron el artículo en una página simpatizante: “Cuadernos de pedofilia”.

En un tema que, creía, generaría una opinión generalizada de defensa a los niños, resulta que hay un debate y el tema central es éste: ¿Son los “childlovers” unos delincuentes o no? Nosotros decimos que sí, puesto que abusan sexualmente de un niño, por mucho “amor” y mucha labor de convencimiento que le hayan puesto. Los pedófilos, sin embargo, alegan que no, porque su “amor” por los niños no tiene como fin último tener sexo con ellos, sino que “el pedófilo aprecia de los niños, como el beato de Dios (comentario de “Masterchild” en http://7diastepa.blogspot.com/2006/11/prevencin.html)... no sólo es tener relaciones, mirarlos correr por los parques, escuchar su risa transparente nacida puramente de la alegría, la vitalidad y espontaneidad que un niño irradia…”.

Ellos lo dijeron: “no sólo es tener relaciones”, lo que implica que un pedófilo, además de gustar de un niño por su inocencia o candor, también buscará tener sexo con ellos. Según el manual de psiquiatría DSM-IV (Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales de la American Psychiatric Association) utilizado como estándar por los especialistas en la materia, la pedofilia es considerada una parafilia dentro del apartado de “Transtornos sexuales y de la identidad sexual”. Al pie de la letra dice:

Criterios para el diagnóstico de:
F65.4 Pedofilia (302.2)
A. Durante un período de al menos 6 meses, fantasías sexuales recurrentes y altamente excitantes, impulsos sexuales o comportamientos que implican actividad sexual con niños prepúberes o niños algo mayores (generalmente de 13 años o menos).
B. Las fantasías, los impulsos sexuales o los comportamientos provocan malestar clínicamente significativo o deterioro social, laboral o de otras áreas importantes de la actividad del individuo.
C. La persona tiene al menos 16 años y es por lo menos 5 años mayor que el niño o los niños del Criterio A.
Nota: No debe incluirse a individuos en las últimas etapas de la adolescencia que se relacionan con personas de 12 o 13 años.

Es decir, si a una persona se le diagnostican los tres puntos anteriores en su conducta, será oficialmente un pedófilo, según la Asociación Americana de Psiquiatría. ¿Es por lo tanto un delincuente? No, hasta que cometa un delito. El DSM-IV no es in código penal, sino una guía de transtornos mentales. Por lo tanto, debemos consultar también el código penal vigente en Jalisco. El capítulo III del título 13 se refiere a la Violación, donde se estipula que:

Artículo 175. Se impondrán de ocho a quince años de prisión al que, por medio de la violencia física o moral tenga cópula con persona, cualquiera que sea su sexo… La violación del padrastro al hijastro y la ejecutada por éste a su padrastro, la del amasio al hijo de su amasia, la del tutor a su pupilo, la efectuada entre ascendientes o descendientes naturales o adoptivos o entre hermanos, será sancionada de nueve a dieciocho años. En estos supuestos, se perderán los derechos de la patria potestad o tutela cuando la ejerciere sobre la víctima.
Artículo 176. Se considera como violación todo caso en que la cópula o introducción por vía vaginal o anal de cualquier objeto o instrumento con fines eróticos sexuales se realice con menor de doce años, o persona privada de razón o de sentido, o cuando por enfermedad o por cualquier otra causa no pudiere oponer resistencia. Si la persona ofendida fuere menor de diez años, la sanción será de doce a dieciocho años de prisión.

De nueve a doce años de prisión, pero a esto se le puede agregar:

Corrupción de menores: (artículo 142-A), de tres a seis años de prisión a quien inicie o practique relaciones sexuales con un menor de edad o con quien no tenga capacidad para comprender el significado del hecho. En este caso se aumentará en una cuarta parte de la pena que corresponda cuando la víctima u ofendido de los delitos de este capítulo sea persona menor de 12 años. Si le tocaban seis años y la víctima es menor de 12, le tocarán al corruptor 7 años y medio en la sombra.

Pornografía infantil: (artículo 142-D), de tres a quince años de prisión a quien induzca, obligue o entregue a una persona menor de dieciocho años de edad o que no tenga capacidad para comprender el significado del hecho, con o sin su consentimiento, para que realice o simule actos de exhibicionismo corporal, de naturaleza sexual o lasciva, para ser fotografiado o filmado, así como multa de cien a quinientos días de salario mínimo a quien posea esas fotografías, filmes o grabaciones, cuando se sepa que la víctima es menor de edad. Los “childlovers” son clientes potenciales.

Atentados al Pudor: (artículo 142-E) de tres meses a tres años de prisión al que, sin consentimiento de una persona mayor de doce años o aún con el consentimiento de una menor de doce años, ejecute en alguna de ellas un acto erótico-sexual, sin la intención de llegar a la cópula, igual penalidad se impondrá a quien obtenga el consentimiento para ejecutarlo de una persona mayor de doce años, cuando por cualquiera causa no pudiera resistir.

Prostitución Infantil: (artículo 142-F) quien, a cambio de cualquier prestación en dinero, especie o servicios, tenga relaciones sexuales u obtenga la realización de cualquier acto erótico sexual con persona menor de dieciocho años de edad o quien no tenga capacidad para comprender el significado del hecho; de dos a cuatro años de prisión cuando la víctima sea menor de dieciocho años pero mayor de quince, siendo este hecho del conocimiento del activo; y de cuatro a siete años de prisión cuando la víctima sea menor de dieciocho años de edad o con quien no tengan capacidad para comprender el significado del hecho.

Estupro: (artículo 142-I.- de un mes a tres años de prisión al que tenga cópula con persona mayor de doce y menor de dieciocho años, obteniendo su consentimiento por medio de la seducción o del engaño. La seducción se presume, salvo prueba en contrario.

Por lo tanto, si una persona cumple con los criterios psiquiátricos del DSM-IV para casos de pedofilia y, además, practica el sexo con niños, como bien lo dice el código penal, aunque tenga el consentimiento de un menor de 12 años, entonces es un criminal, y como tal, debe cumplir un castigo. Aunque la defensa de los “childlovers” diga que “porque si somos pedófilos, no existe vuelta de hoja, es vano reprimirse y negar que se encuentra belleza en los niños como negar que la existe en las flores" (de nuevo, “Childmaster” en la versión en Internet de 7 Días), no se puede negar que el peligro para los niños cuando hay un pedófilo cerca existe, sobre todo si el pedófilo considera que “es vano reprimirse”. Por supuesto, no todos los pedófilos terminan teniendo sexo con los niños, pero ésa es su disyuntiva y siempre habrá el peligro de que lo hagan. ¿Qué niño utilizarán para eso?, ¿a mi hija?, ¿a los hijos de los lectores?

El amor por los niños es universal; los niños y los bebés están diseñados para provocar ternura y protección. Por eso tienen los ojos grandes y la boca pequeña. La admiración por niños, por flores, por animales, por árboles, siempre nos llevará a darles cariño y defenderlos. Pero ese mismo cariño y protección no nos remiten al anhelo de realizar un acto sexual con ellos. Al menos no a las personas mentalmente sanas. Por eso es que los pedófilos están enlistados en el manual de psiquiatría del DSM-IV. No es que seamos intolerantes ante esta “nueva opción sexual” como los “childlovers” lo definen, rasgándose las vestiduras alegando que los pedófilos de hoy son los homosexuales de ayer. La gran diferencia es lo indefensos que son los niños, no así los adultos homosexuales que son personas maduras emocionalmente y con capacidad de elegir. Es lo que los hace víctimas, y a los pedófilos, victimarios.