Panorama de Arandas


Lástima de inversiones

Por Rubén Arias Barajas

Vaya para Ustedes el saludo semanal de costumbre.
No sé si también a Ustedes les pase, amigos lectores, que cuando se hacen obras que cuestan muchos millones de pesos, al ver el pronto deterioro de las mismas, uno acabe lamentando la falta de responsabilidad de aquellos encargados de hacerlas en su momento y la falta de supervisión de las autoridades para verificar que lo que se haga, reúna las características de calidad necesarias.
Lo curioso del asunto es que si usted solicita y paga por algún servicio, generalmente tiene una garantía de parte de aquel que se lo hizo y uno no se explica cómo el propio gobierno que está para hacer cumplir las Leyes, pueda resultar engañado por aquellos a quienes contrata y que no pase nada al respecto.
Me refiero concretamente a la construcción de las carreteras de la Región, particularmente las que hace poco tiempo se inauguraron y que ya presentan un deterioro lamentable que molesta a todos los conductores y no sólo eso, sino que también representan un peligro para los usuarios y sus acompañantes aparte de los daños mecánicos que puedan resultar.
Ejemplos, varios. La carretera Arandas-Tepatitlán, que al poco tiempo tuvo que ser revestida y todavía, a unos meses de distancia, no terminan con los trabajos ni siquiera del elemental balizamiento.
La carretera Arandas-Betania, con profundos hoyancos en algunos tramos y no obstante la poca circulación que tiene, no se explica su lamentable estado más que en las deficiencias de compactación o la poca calidad de los materiales usados, pero si se asoma uno a ver el costo de construcción, verá usted que tendremos que hablar de muchos millones de pesos.
El tramo carretero del Crucero de Arandas con rumbo al Crucero de San Miguel el Alto, que al poquísimo tiempo de uso, también presenta algunos tramos con peligrosos baches que ya se le hicieron y lo que es inexplicable aparentemente, es que el tramo del crucero rumbo a Atotonilco de la misma carretera, se encuentra en muy buenas condiciones, siendo que el número de vehículos que la usa es prácticamente similar. ¿Qué sucedió entonces? Yo no encuentro otra explicación, más que la compañía que construyó el tramo más deteriorado, hizo las cosas malhechas y no hubo la suficiente supervisión para que esto no sucediera.
El tramo carretero de Arandas a Manuel Martínez Valadez, también en muy poco tiempo se puso en malas condiciones, y pues es poco el tráfico que tiene y sin embargo resulta en pedazos un peligro real para quien maneja para tales lugares.
Y uno se pregunta dos cosas. La primera es la siguiente: ¿Tiene Arandas tan mala suerte como para que le toquen constructores irresponsables que no hacen las cosas bien? o ¿qué es lo que está sucediendo en nuestras carreteras para que, en tratándose de diferentes tramos y diversas compañías, los resultados han sido siempre los mismos?. Trabajos mal hechos.
La segunda pregunta es: ¿Qué pasa con Infraestructura Carretera del Gobierno del Estado y particularmente con la Oficina que tiene en San Miguel el Alto, Jalisco, que se supone tiene la responsabilidad de darle mantenimiento a estos caminos?. O es que acaso estaremos condenados a sufrir las cosas como si fuéramos Tercer Mundistas cuando el costo de construcción es como de Primer Mundo.
Ojalá que se pongan los ojos en estos detalles y que en futuras construcciones como la que se está haciendo de Manuel Martínez Valadez hacia San Diego de Alejandría, no pase lo mismo. Ya es demasiada tolerancia con dichas compañías. Total, si no sirven para hacer el trabajo, pues que contraten otras.

Nos leeremos en la próxima entrega.

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