¡Al agua patos!

+ Una posada muy poco tradicional
+ En lugar de tamales ¡tortas ahogadas!

Por Fabiola González Ontiveros


Empezaron las posadas... De hecho, ya hasta se están terminando.

Todos se organizan, y cuando llega la hora se hace una gran fiesta, o si no es tan grande, el simple hecho de estar los amigos reunidos ya se puede considerar como tal.

Les voy a hablar de la posada del 3-C (mi salón) de la Prepa Tepa.

Tenímos desde el segundo semestre planeando un viaje o un paseo... o ya de perdida una reunión entre todos los compañeros del salón en algún lugar para que pudiéramos convivir y pasarla bien, pero la fecha nunca llegaba.

Así, hasta este semestre fue que se hizo y pusimos de pretexto las posadas.

Se hicieron los papelitos para el típico intercambio de regalos y claro, a los 5 minutos por lo menos yo sabía ya quién le tocaba a medio salón, y es que algunos no se pueden guardar las cosas y pues... lo dicen.

Otros buscaban quien les cambiara el papelito, pero en fin, todos a buscar el regalo.

Llegó el día, el lugar fue el rancho de una de las compañeras y estaban todos contentos, primero nos fuimos a los juegos como si tuviéramos 8 años otra vez, algunos mareados en el carroucel, otros haciendo trenecito en la resbaladilla... como unos niños nuevamente.

Había una cancha de futbol, así que cuando nos cansamos de los juegos nos fuimos dizque a jugar 4 bases, se hicieron los equipos y todo, pero ya vi que la mayoría somos maletas para eso...

Hubo quien se llevó la baraja, y cuando anunció que la traía un pequeño grupo lo seguimos, el juego: viuda negra; estábamos sentados esperando a que nos repartieran las cartas cuando dijeron: ¿y a poco va a ser de a gratis? Todos a sacar su moneda de a peso, que si no, no comenzamos.

A la hora de la comida, como una posada normal, en lugar de tamales, tortas ahogadas, que por cierto sabían muy buenas.

Desde que se planeó la posada ya nos habían dicho que en el rancho había alberca, así que por si a alguien se le ocurría aventar gente la mayoría se llevó un cambio de ropa, y dicho y hecho, empezaron a aventar a todos con todo y ropa, unos hasta con calcetines, porque eso sí, se aseguraban de que no trajéramos celular en ninguna bolsa, y nos quitaron los tenis, pero íbamos al agua con todo y todo.

El que iba llegando lo iban aventando, de hecho creo que sólo dos de todos los que éramos se metieron por su propia voluntad.

Después el intercambio. Lo de siempre, a los que se esmeran comprando el regalo, les obsequian cualquier tontería, y viceversa.

Ya al final del día llenaron una piñata con harina y nadie estaba enterado, pero la cuerda estaba tan chafa que la piñata se cayó como al tercer golpe sin ni siquiera rajarse un poquito, entonces como pudieron la partieron en el suelo, y al ver que era harina y huevos, no se detuvieron y comenzaron a aventarles a todos para ensuciarlos.

En la noche, después de todo el día de estar ahí, cada quien para su casa, y la verdad nos divertimos mucho, aunque lo que hicimos no es el verdadero propósito de las posadas...

Como sea, ¡Feliz Navidad! a todos, que les regalen lo que desean y que tengan un mejor año nuevo.

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