Celebraron 47 6 aniversario de la Virgen de Guadalupe

+ Desde un día antes había tumultos en la Tepeyac

+ Unos iban a la misa y otros mejor veían a los danzantes


Por Georgina González Ontiveros.-
La Virgen de Guadalupe volvió a llenar en Tepatitlán el Santuario que lleva su nombre, durante dos días, por la celebración de su fiesta, en el 476 aniversario de las apariciones de la Morena del Tepeyac.

Desde el día once, la calle donde se ubica el templo, llamada precisamente Tepeyac, fue cerrada a la circulación y se instalaron algunos puestos ambulantes, mientras que a la medianoche comenzó el maratón de celebraciones, aunque oficialmente las fiestas en el Santuario de Nuestra Señora comenzaron el pasado 3 de diciembre, con el inicio del novenario.

Así, a la medianoche del 11 diciembre, cientos de fieles se reunieron en el Santuario para cantar las "mañanitas" a la Virgen de Guadalupe y a las 5:00 de la mañana, ya del día 12, comenzó el último repique de campañas del novenario para la Señora.

Durante el día, la afluencia de visitantes fue constante, y aunque entre misas no había grandes multitudes, el templo siempre estuvo lleno de fieles, muchos de los cuales entraron de rodillas para pedir una manda o dar gracias por los favores recibidos.

A pesar la cantidad de fieles había, sin embargo pocas "Lupitas" y "Juan Diegos", pero no deja de ser una día de tradiciones: a las once de la mañana, los alumnos del Colegio Niños Héroes bailaron danzas indígenas en honor a la Virgen y al mediodía, como lo hacen cada año, y la peregrinación de la Asociación Guadalupana llegó a la misa de las doce del día.

Con el transcurrir del día 12, la gente llegó también a montones, sobre todo a la hora de las celebraciones litúrgicas. Personas y flores era lo que más había en el Santuario. Con claveles, gardenias y, sobre todo, rosas, el templo se vistió de gala para recibir, a las 6:00 de la tarde, al extrañado señor cura Salvador Zúñiga, quien estuviera en esta ciudad al frente de la Parroquia de San Francisco durante varias décadas, para oficiar una de las muchas misas que se celebraron durante los días de fiesta para la Guadalupana.

No era cosa fácil lograr entrar a alguna de las cinco misas que se llevaron a cabo durante el 12 de diciembre en el Santuario, en todas la multitud rebasó el recinto. No solamente todas las bancas del templo eran ocupadas, sino también una capilla lateral, dos filas improvisadas que se hicieron en la parte de adelante, frente al altar, e incluso la sala donde los sacerdotes se visten y preparan antes de iniciar cada oficio. Si bien desde este último lugar no se lograba ver el altar, muchas personas eligieron quedarse ahí para escuchar la liturgia.

Y mientras unos oían misa, otros esperaban afuera viendo bailar a los pequeños danzantes del Colegio Niños Héroes o comprando algo de comer o un recuerdito en los puestos ambulantes de la calle Tepeyac. Para el día 12, sin embargo, la calle no fue cerrada y los compradores tenían que sortear a los vehículos que circulaban por ahí, hasta terminar la jornada alrededor de las diez de la noche, cuando el castillo fue quemado al terminar la última misa del aniversario de las apariciones marianas.






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