¡Uf...! los exámenes

+ Terminamos ya el semestre
tocando el acordeón, o qué...

Por Fabiola González Ontiveros

Las clases se están acabando... por fin.
Lo único malo es que el fin de semestre no sólo trae alegría, también trae exámenes, tareas, trabajos finales, preocupación, desvelos y mucho, pero mucho estrés.
Cada semestre es lo mismo, todo el mundo se la pasa bien a gusto, muchos no entran a clases porque el mitote afuera está más interesante con los compañeros y las risas. Las cosas que uno hace a esta edad para pasar el rato...
De todos los trabajos que los profesores nos advierten desde el principio de semestre que son para el fin de curso, nosotros sólo decimos: "al cabo que falta mucho" y nos la seguimos pachangueando.
Pero por estas fechas es cuando vienen los problemas; de hecho mi salón tuvo que entregar un reporte enorme escrito a mano para el martes, desde hacía como un mes que ya sabíamos que lo teníamos que hacer, pero nos íbamos escapando hasta que ya no nos quedó de otra.
Un compañero me comentó que llegando de trabajar, como a las 11 de la noche, se puso a hacer el dichoso trabajo, terminando hasta las 5:30 de la mañana sin quedarle tiempo más que para descansar si acaso una hora y regresar a la prepa, y claro, no llegó ni a la segunda clase cuando ya estaba bien dormido en la butaca.
También he visto a los de 5° y 6° que estudian una obra por toda la prepa, preocupados porque simplemente no se les pegan los diálogos.
Y es que el tiempo no alcanza, porque terminan la tarea y luego, el derecho a examen, sumándole que los que trabajan no dejan mucho tiempo libre, y al final del día con tantas cosas en la cabeza todavía hay que estudiar para el exámen del día siguiente, pero al menos por experiencia puedo decir que ya no se aprende nada... lo que no se aprendió en todo el semestre no se aprende en una noche; claro, para los pocos que estudian en la noche, porque la mayoría agarra el cuaderno y se pone a leer cinco minutos antes de la clase, esperando que algo de lo leído se quede en la cabeza.
Lo divertido es el examen, porque se ve de todo, los que saben y lo terminan en 10 minutos, los que no saben y también lo entregan en 10 minutos porque piensan que de todos modos no se van a saber las respuestas y mejor lo entregan resignados, algunos hasta sin preocupación. Los que traen el acordeón y tratan de copiar, pero son tan obvios que parece que traen un letrero en la cabeza que dice "Traigo acordeón" porque siempre se están cuidando del profesor, y aunque éste ni cuenta se dé hay un momento en que nota que ya lo están viendo mucho y los cachan; a los que bien les va sólo les quitan el acordeón, a los que no les quitan el exámen y ya se fregaron con la calificación. Los que están pajareando con todo el mundo a ver quién les pasa una respuesta; y por último los que de plano no saben ni qué... y se le quedan viendo al exámen a ver si les caen las respuestas del cielo.
Cuando todos terminan, de inmediato comentan entre ellos: "¿Cómo te fue?, ¿qué le pusiste en la 3?, ¿y en la 8? ¡Ah esa la tengo bien!, o ¡no puede ser! voy a reprobar!"
Lo que sigue de eso es ponerse a hacer cuentas a ver si alcanzan a pasar la materia: "A ver, si los trabajos y las tareas valen 40 puntos y los tres exámenes 20 cada uno, y yo tengo X cantidad... aaahhh entonces si alcanzo" o "no... yo creo que de plano me voy a extraordinario".
Lo típico del fin de curso.
El domingo pasado me propuse que hasta que lograra terminar esta semana con todos las cosas que tenemos que hacer, voy a poder descansar y seré feliz de ahí hasta que empiece el próximo semestre...Pero como apenas es jueves y mañana tengo que hacer el examen de física, aparte de entregar otro problemario enorme para la misma materia... Al mal paso, darle prisa. Ahí se ven...

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