Fan de lo sobrenatural

Por José Luis Sandoval

Desde niño, siempre me ha llamado la atención todo lo referente a lo sobrenatural, tanto que a lo largo de mi vida he guardado en mi memoria aquellos que me han parecido muy interesantes, mi bisabuelo me contó uno que otro, a veces lo acompañaba al cerro a cortar nopales y ahí me platicaba algunas historias. Una que me gustó mucho fue la siguiente y la cual llamo:

El peluquero
No sé si sepan que en aquellos tiempos, era muy común encontrar restos humanos regados por el cementerio, pues este hecho no era muy ajeno al pueblo de mi bisabuelo. El vivía en un rancho, allá por Toyahua, Zacatecas, cercas de Nochistlán. Pero nunca me contó de dónde era el peluquero de esta historia, lo cual me hace suponer que entre las personas de algún pueblo se regó y llegó a oídos de mi bisabuelo.

Cuenta de un peluquero que no mostraba el mínimo respeto hacia los difuntos, tanto así, que un 2 de noviembre en visita a sus familiares pisó un cráneo, el cual tenía aún mucho cabello, éste lo toma en sus manos y burlándose le dice:

-Por Dios amigo, a ti sí que te hace falta un buen corte de cabello, vaya, si quieres yo te lo puedo cortar, sin cobrarte nada. Te lo prometo.

Y riendo avienta el cráneo hacia las tumbas y se marcha.

Ya entrada la noche, unos fuertes toquidos rompen el silencio y un molesto hombre se levanta. Es la casa del peluquero.

-¿Quién llama a estas horas de la noche?, ¿no ven que es la hora de dormir?

-¡Vengo a que me cortes el cabello, pues tú me lo prometiste!

-¿Yo? ¿Cuándo?, ¡ni siquiera reconozco tu voz, ni siquiera sé quién rayos eres!!

-Pues abre la puerta y verás quién soy.

El peluquero abre la puerta y casi se va de espaldas al ver frente a el la figura horrible de un espectro, al cual en lugar de ojos parecía que tenía un par de brasas ardiendo en las cuencas vacías, al tiempo que despedía un olor nauseabundo.

-¿Q-quién e-eres, y qué qui-eres de mí?

-¿Qué acaso no lo sabes o ya se te olvidó? Ayer en la tarde me prometiste que cortarías mi cabello gratis, hasta reíste y aventaste mi cráneo como si fuera cualquier despojo insignificante.

-N-no yo no, no era mi intención, sólo bromeaba, no pensé que de verdad vendrías, tú no existes.

-Pues aquí me tienes y quiero que me cortes el cabello.

-¡Nooo!, vete, perdóname por favor, no era mi intención.

Con gran terror cierra la puerta, no sin antes escuchar al espectro decir: mañana en la noche, como a esta hora te espero en el cementerio para que me cortes el cabello, si no vas vendré por ti y te llevaré en cuerpo y alma al infierno, ja,ja,ja…

Dicho esto, el espectro se esfuma acompañado de un fuerte viento. Al día siguiente y a primera hora, el asustado peluquero va y le cuenta todo al párroco del pueblo.

-Hijo, no debiste hacer eso, a los difuntos se les debe guardar respeto, pues ellos ya están juzgados por Dios.

-Padre, es que no sabía, pensé que eran tonterías de la gente, ¿y ahora qué hago?

-Mira hijo, te voy a ayudar, pide prestado un recién nacido, consigue un rosario y una Biblia y vas a rezar al centro del cementerio. Cierra los ojos, y pase lo que pase, no los abras o puedes llevarte una desagradable sorpresa. También pídele perdón al difunto.

El peluquero sigue todo al pie de la letra, con dificultades consigue prestado un recién nacido y acude a la cita. Ya en el centro del cementerio, comienza a rezar el rosario. El espectro se le aparece en medio de risas.

-¿De verdad crees que eso te va a salvar?, interrumpiste mi descanso y lo vas a pagar.

-Lo siento, perdóname, no era mi intención te lo juro.

Sigue rezando, mientras más lo hace, más aumenta la ira del difunto, y con los ojos cerrados sostiene fuertemente al bebé en un brazo y con el otro el rosario y la Biblia.

De pronto un fuerte viento se estrella en su cara, lo cual provoca que abra los ojos, y lo que ve lo deja espantado. De una tumba sale mucho fuego y se escuchan lamentos y gritos, y el fuerte viento arrastra al difunto a la misma tumba.

-¡Maldito, mil veces maldito!, ¿ya ves lo que provocaste? Me has hundido más en mi castigo, nooooooooooooo!!!

Justo cuando termina el rosario, el difunto desaparece y todo se vuelve tranquilidad. El peluquero se retira y al día siguiente relata todo al padre.

-Hijo, por eso debes tener mucho respeto a los difuntos, esa pobre alma estaba condenada, si te hubiera atrapado, probablemente tu estarías en su lugar y él se habría salvado, ahora lo hundiste más en su condena, y como penitencia, tú deberás rezarle un novenario para que Dios se apiade de su alma desdichada.

- Sí padre, lo haré. Y le prometo nunca más retar, ni burlarme de los muertos.

Y desde ese día, siempre tuvo cuidado por donde caminaba cuando iba al cementerio, y siempre pidió a Dios perdón por su alma y la de aquel ser que se hundió en el castigo eterno.

¿Verdad o ficción, una historia para asustarnos y así respetar a los difuntos? No lo sé, pero créanme, a mí no me gustaría averiguarlo.

La Llorona
Por eso siempre me ha llamado la atención lo sobrenatural, por las historias que a lo largo de mi vida, amigos y familiares, me han contado. Mi abuela tampoco se queda atrás, una vez me contó que a mi bisabuela también le pasaron algunos sucesos sobrenaturales, de hecho ella vio a la llorona en persona, o quizás debería de decir en aparición.

Como ya les conté, mi bisabuelo vivía en un rancho, cerca de Toyahua, Zacatecas. Un día, mi bisabuela salió a hacer sus necesidades, a muy temprana hora, serían como las 3 de la mañana, según ella. Estaba en lo suyo cuando ve pasar la silueta de lo que parecía una mujer, mi bisabuela le preguntó:

-Señora, disculpe ¿le puedo ayudar en algo? ¿Qué hace por estos rumbos a estas horas de la madrugada?, si gusta puede pasar la noche aquí, pues es muy peligroso que vague por el cerro en la noche ya que se puede encontrar con un coyote y podría hacerle daño.

Sin recibir palabra, la silueta se detiene y como única respuesta un fuerte viento choca en el cuerpo de mi bisabuela, provocando un intenso frío que calaba hasta los huesos. Sólo se detuvo unos breves segundos, y siguió su camino sin siquiera voltear la cabeza. Por la oscuridad mi bisabuela nunca pudo apreciar sus rostro, ni distinguir alguna otra facción. Lo que sí dijo es que llevaba un vestido blanco.

Cuando ella se metió a la casa dispuesta a dormir, escuchó un terrible lamento que se alejaba, el cual ya es conocido por todos:

-¡¡¡¡ayyyyyyyyyyyyyy mis hijooooooossssssssssss!!!!.

Fue en ese momento cuando mi bisabuela se dio cuenta de que a la que había visto fue a la mismísima llorona. Un encuentro extraño entre un mortal y un ser sobrenatural el cual años más tarde se repitió, no tan de cerca como con mi bisabuela, pero sí en la vida de mi familia.

Sucede que cuando mi madre era adolescente, tendría unos 14 ó 15 años, más o menos, no recuerdo, ella renegaba mucho cuando le pegaba tos, pues como saben es muy molesta. En uno de esos ataques de tos, mi mamá estaba muy enojada, al grado que echaba maldiciones y decía groserías, pues no la dejaba dormir y ya era medianoche.

Mi bisabuela la escucha y le dice que no reniegue, que Dios la va a castigar. Mi madre con enojo dice que para qué le pega tos y que no la esté molestando con esas cosas. Total que no hizo caso, mi bisabuela la dejó con sus groserías y maldiciones.

En esas estaba cuando escucha el lastimero lamento de la llorona, ¡ayyyyy mis hijooooosssssssssssssss!!!!, al escucharlo, mi madre retiene la respiración y asustada corre con mi bisabuela y le cuenta. Ya ves hija, por eso no debes de renegar tanto, ya lo ves, hasta la tos se te quitó…y de verdad que se le había quitado con tremendo susto…

Puedo seguir contando más y más historias y no terminaría, así que por el momento los dejo, les mando un caluroso abrazo y no olviden que lo imposible puede hacerse posible, no olviden que este 2 de noviembre a lo mejor recibimos la visita de nuestros seres queridos, aunque nunca lo sabremos, lo que sí debemos hacer es vivir la vida con plenitud….

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