Mirandillas, un pueblo que trabaja

Por Oscar Maldonado Villalpando

Es de las comunidades que más conserva una tradición de esta región alteña. El aprecio por las cosas del campo, la dedicación casi fervorosa a las vacas, como lo exige ese ramo. La siembra. La elaboración del queso.

Así trabaja Mirandillas, así trabajan sus familias, así se conservan aquellos modos tan queridos que nos dan historia, que nos dan pasado, que aportan identidad, consistencia, sentido a la propia vida y a la misma historia. Claro que nos referimos a ese trabajo porque gracias a él subsiste la esperanza, porque por él luchan y viven las familias, los hombres y las mujeres.

Pero también queremos mencionar el trabajo en común, las cosas que son de todos, las cosas que son importantes, las cosas que valen más, especialmente lo de la fe, que es cosa fuerte en estos puntos, todavía, todavía.

No desconoce uno que los fenómenos modernos, los que se van globalizando, como ese afán de dejar los caminos consagrados por la tradición, la tentación de alejarse de Dios, sí que afecta. "Erosión" dice Aparecida. Pero es admirable la respuesta, lo que hay aún... (Aparecida no. 34) Menciona profundos cambios. "En este nuevo contexto social, la realidad se ha vuelto para el ser humano cada vez más opaca y compleja. Esto quiere decir que cualquier persona individual necesita siempre más información, si quiere ejercer sobre la realidad el señorío a que por vocación está llamada". (A. 36) Sin embargo, debemos admitir que esta preciosa tradición comienza a erosionarse" (A. 38) Pero Mirandillas sigue adelante, Mirandillas lucha por conservar sus valores y esta trabajando.

Prueba de ello está patente en lo alto. El día 20 de mayo de 2008, empezaba una nueva etapa en la vida cristiana del lugar, se despedía el padre Toño y llegaba el padre Álvaro Lomelí. Como si nada hubiera pasado, pero sí está pasando... La torre del lado oriente estaba sin terminar. Bueno pues la comisión de laicos siguió trabajando, siguió juntando la ofrenda de los fieles. El señor Jacobo Gutiérrez encabeza tantas actividades, sobre todo rifas, y las personas colaboran. Ellos se ingenian... a estas fechas ya está forjada la otra torre, sólo le falta acabar su recubrimiento de cantera.

En la casa de pastoral no se detiene la obra. Se nota el esfuerzo común. Mirandillas se impone a ese olvido que parece arrinconar a la población. Mirandillas sigue viviendo sus grandes ilusiones, sus nobles propósitos como lo recibió desde sus primeros pastores como fuera el señor Cura Fermín Padilla, el P. José Hernández.

Las personas en Mirandillas trabajan. Se unen y colaboran para completar las obras que son de todos.

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