Aceptación de culpa

Por David Jáuregui

La semana pasada ocurrió un hecho que en otras circunstancias y con otros actores debería ser considerado como una declaración de culpa de una serie de delitos ocurridos en México y que hasta la fecha seguimos viendo las consecuencias; declaraciones que involucra al anterior desgobierno del corrupto de Fox, su vocero Rubén Aguilar propone que el gobierno pacte con el crimen organizado para controlarlo y bajar los índices de trafico, ejecuciones, (le faltó mencionar que también para repartir utilidades), así como que hay que legalizar la droga, etc.

En muchas publicaciones independientes como por ejemplo en la revista Proceso, donde han salido noticias, pruebas, declaraciones y testimoniales que hacen constar aparte de la corrupción la muy posible protección del gobierno de Fox a ciertos grupos del hampa, sin que el actual gobierno (como diría mi abuelito: perros de la misma camada) haga algo real por investigar y menos aún por castigar a muchos de estos funcionarios corruptos, algunos de ellos en activo todavía.

Estas declaraciones del vocero y traductor de Fox medidas en su real dimensión ponen en la mira lo que ocurrió durante ese sexenio: la proliferación del narco; anterior al gobierno de Fox el narcotráfico mantenía una aparente baja presencia, había estados de la republica que prácticamente eran vírgenes de estos males. Se tenía el conocimiento que la mayoría del territorio nacional era sólo de “paso” para el narco y no consumidores, este despegue se empieza a notar desde el gobierno de Fox, se pierde totalmente la proporción o el aparente bajo perfil de la delincuencia organizada.

Ejecuciones, tráfico y drogadictos siempre los ha habido, al igual que corruptos y cínicos, la gran diferencia es que a partir de este lamentable periodo la deshonestidad tomó proporciones dantescas, el cinismo, latrocinios, despojos, enriquecimientos, etc. sustituyeron cualquier rastro de legalidad y de control.

La acción del espurio de Calderón para distraer la atención publica del fraude del 2006 entre otros delitos, su mal llamada guerra, sólo ha demostrado que en México está pasando lo mismo que en Chile durante la época de Pinochet, el país se está militarizando. El ejército so pretexto de esta guerra ya tiene presencia en calles y carreteras, las arbitrariedades o violaciones a los derechos humanos cada día les cuesta más ocultarlas a la opinión pública.

Agregado a esto la represión a grupos sociales afectados por decisiones y corruptelas de estos malos gobiernos cada día se hacen mas palpables, esta línea de gobierno de muy escasa sensibilidad social sobre todo para las clases populares se nota casi en cualquier gobierno emanado del PAN.

Por ejemplo aquí en Guadalajara y Zapopan, la represión a indigentes, lavaparabrisas, franeleros, agregando a estos grupos a comerciantes informales a diario salen noticias de las arbitrariedades de las que son victimas, sin darles otra opción de ganarse el sustento.

El confundir el gobernar a un país, un estado o un municipio con “administrar” una empresa que tiene que dar utilidades es un tremendo error de estilo y objetivo de los gobiernos del PAN, ya que analizados ni administran, ni obtiene utilidades (para ellos claro que sí), sólo obtienen recursos para seguir dándose la vida como grandes magnates o grandes ejecutivos de empresas trasnacionales, donde los actuales gobernantes ponen el dedo sólo dejan quebrantos, arcas vacías, problemas sociales y algo que tal vez no están valorando, están dejando un claro resentimiento social y una “escuela” de corrupción e impunidad, un abismo entre el gobierno y el pueblo (la mayoría), es decir: “gobierno rico, pueblo jodido”.

Unos le llaman la maldición centenaria: 1810, 1910, ¿en el 2010 se repetirá la inercia histórica?, si vemos los escenarios históricos ya tiene tiempo que se están dando similitudes con los causales de la independencia y de la revolución, lo único seguro es que el gobierno actual con su estrategia económica y de seguridad no creo que cambie el destino de esta “maldición” o coincidencia histórica, si no al tiempo.