Mira hacia arriba y emprende el camino

+ Esa es la buena vibra, no la de los brujos payasos y charlatanes

Fabiola González Ontiveros


Según la astronomía, la primavera empezó ayer y con ella se nos vienen varias cosas típicas de la estación.

Francamente la primavera no es mi estación favorita igual que para mucha gente, y a diferencia de otros tantos también, porque para empezar el calor me desespera muchísimo, así que prefiero la temporada de lluvias por ejemplo, aunque a algunos les parezca deprimente, a mí se me hace totalmente relajante.

En la primavera todo está verde y hay flores hermosas por todos lados, por decir cosas buenas, hay frutas buenísimas como la piña y el mango que están entre mis favoritos, en realidad todas las frutas de esa época están buenísimas; además de que parece que la cursilería flota en el aire. Los efectos de “la maldita primavera” diría Yuri; tampoco es que la odie ni nada parecido… pero así dice la canción yo qué puedo hacer.

No me imagino, por ejemplo, arriba de la pirámide del sol en Teotihuacán vestida de blanco el día que inicia la estación. Sobre todo por el hecho de la buena vibra y sabe qué tanta brujería que se inventan ahí.

Hace poco que fui sí había mucha gente vestida de blanco, y eso que no eran días festivos ni nada, pienso en la cantidad de gente que hay cada año ese día y me dan ñáñaras, de verdad es muy cansado subir todo eso, y en los últimos niveles uno siente que se va a caer en cualquier momento, si te sientas ahí te quedas, lo cual no es bueno pero tampoco te quedan muchas fuerzas para seguir subiendo; ahí lo que ayuda es darse cuenta de que si ya subimos tanto, pues ya de una vez por qué no llegar hasta arriba, aunque se llega todo asoleado y con la lengua de fuera. Cuando estás en el penúltimo nivel te percatas de que lo mero máximo de la pirámide como diría mi hermana, o la cúspide en nuestro idioma normal, está como a metro y medio de altura del penúltimo nivel y no hay escalones, así que si te quieres subir tendrás que treparte como chango literalmente y agarrarte de donde puedas para poder apreciar ese paisaje que sería mucho más bonito sin tanto smog, pero paisaje al fin.

Debo confesar que sí se ven las cosas totalmente diferentes desde allá arriba, y aunque sí tiene que ver con la altura, estando ahí para mí la buena vibra no viene de los brujos y charlatanes que están ahí haciendo limpias con su racimo de alfalfa o lo que sea que usen, sino que es un triunfo llegar hasta arriba, es muy cansado y cuesta mucho trabajo, y te dices a ti mismo que si llegaste hasta ahí puedes hacer lo que quieras en la vida, que sólo es cuestión de ver hacia arriba y emprender el camino.

Claro, eso cuando es un día común y corriente, cuando está tan concurrido aparte de que me parece más peligroso le quita el encanto a la pirámide, llena de hormiguitas blancas subiendo y bajando, o tirados como iguanas en la cima, o estirando los brazos ridículamente como haciendo ritos o algo. Cuando me ha tocado ver la televisión ese día y están transmitiendo desde allá, que se ve repleto de gente, además que la calzada de los muertos que es el caminito que hay que recorrer desde la entrada de la zona arqueológica hasta la pirámide del sol está largo, o a lo mejor no tanto, pero en el rayo del sol todo se ve diferente. Con tanta gente y tanto brujo haciendo sus malabares por ahí… así ya no tiene chiste.

Como les decía, empieza a hacer calor y el clima se pone raro, más ahorita con el calentamiento global, por las mañanas está haciendo frío y después de las 11 ya está uno sudando la gota gorda.

Para mi hermana la temporada de calores es su favorita, lo que puede tener que ver con el hecho de que mi familia vivió mucho tiempo en el puerto de Veracruz y en Acayucan, un pueblito de por allá donde la gente es de lo más amable pero hace un calor infernal, algo con lo que yo me volvería loca.

Son climas bastante fastidiosos, así que prefiero el verano cuando hace calor sí, pero también llueve por las tardes y se refresca el ambiente.

Como sea, cada día nos marca un nuevo comienzo o una oportunidad para hacer cosas que no hicimos el día anterior, así que mejor dejo de quejarme del calor de la primavera y pienso en todos los mangos deliciosos que le voy a comprar al señor que se pone contra esquina de las oficinas de tránsito, o que va a oler mucho a flores en esta temporada, o que ya mero vienen las fiestas y seguramente serán inolvidables, o muchas otras cosas geniales que sé que pasarán si Dios nos presta vida, porque es muy cierto el dicho que dice: si te pasas la vida lamentándote por las cosas malas, te perderás de todo lo bueno.

Publicar un comentario

0 Comentarios