¡Que se acabó la fiesta!



+ El mejor desfile del Señor que he visto


+ Y ahora sin feria, sin clases y sin antros

Por Fabiola González Ontiveros

Toda enferma que estaba la semana pasada, con un nivel de absolutamente nada de voz y con la amenaza de la estúpida influenza comenzando, y me querían prohibir en mi casa salir a disfrutar de las fiestas.

Después de ir al doctor -como ya les había comentado el sábado pasado- me dijeron que era una miserable gripita y una reacción alérgica a tanto polvo de las fiestas, sobre todo al que me eché encima el día de la banda El Recodo y me soltaron tantito, me dejaron salir.

Con todo y que no podía hablar me salí el viernes un ratito, nomás por no dejar pasar un viernes por estar sólo ronca, regresamos a nuestras casas temprano porque mi hermana me dijo que habría que agarrar fuerzas para el sábado, porque como el domingo ninguna tendría que trabajar podríamos sin ningún problema regresar tardísimo.

Mi hermana y yo teníamos órdenes desde Xalapa del jefe de jefes (o sea mi papá) de no salir ya a ningún lado, porque ya había empezado la psicosis de la influenza, pero de ninguna manera nos dejamos e igual hicimos planes.

Durante el día no pude descansar mucho el sábado, ya que tuve clases por la mañana y cosas que hacer al medio día, así que ya por la tarde, así que digan qué descansada estaba… pues no.

Me fui con mis amigos a la expo porque mi hermana llega más tarde cuando se va por su lado. Con gusto me hubiera ido con ella pero ya había quedado con mis amigos y como ellos no tienen tanto permiso pues llegan más temprano a la expo.

Después de saludar a los conocidos y hacer varios corajes por el polvo que me estaba entrando a los ojos, por fin me habló mi hermana que ya había llegado como a las 11, así que no perdí tiempo y me reuní con ella.

Había demasiada gente ese día. Tanta que si de por sí es normal estar atorado un rato para pasar el área de los bares, esa vez nos quedamos totalmente inmóviles durante por lo menos unos 10 minutos que nos parecieron una eternidad, porque nadie nos dejaba movernos para ningún lado. Nos hicimos un lugar pequeñito entre la gente y ahí nos quedamos todo el tiempo. Esa noche había agua por todo el piso sin saber de donde venía, pero como el lugar no está totalmente parejo, había lugares donde se hacían charcos muy grandes de esa cosa que esperamos que haya sido agua.

Sin suéter y sin botas, con unas simples ballerinas se me mojaron los pies, así que me empecé congelar y a quedar sin voz, que ya había recuperado un poco a lo largo del día.

Teníamos planeado ir a escuchar la banda a la plaza saliendo de la expo, pero ya me estaba sintiendo mal por el hecho de que no estaba totalmente recuperada de la gripa, tenía frío, sueño y me dolía la espalda, pero me calenté como pude en el carro y dijimos que íbamos a dar la vuelta a la plaza, aunque fuera nada más para ver cómo estaba el ambiente.

Querían convencerme de seguirle, así que fuimos y encontramos de pura fregadera un lugar muy cerca de la plaza para estacionarnos, y como ya no estaba tan congelada pues nos bajamos a ver qué tal estaba el desmadre.

Déjenme decirles a los que no estuvieron allí, que el desmadre era grande. Había música y gente por todos lados, además nos encontramos a varios conocidos e inmediatamente se me quitó la flojera. Entre esos conocidos llegó un muchacho a saludar a mi hermana y a su amiga Claudia que iba con nosotras; Marco Antonio se llama, que vive en Estados Unidos pero se vino a visitar a la familia, y que me pregunta cómo me fue en el DF... me sacó de onda porque yo ni lo conocía y no tenía ni idea de cómo él sabía, pero me dijo que cuando tenía oportunidad me leía. Me dio mucho gusto, porque pensaba yo que no me leía nadie, así que prometí mencionarlo en la siguiente columna que es esta. Muchas gracias a él y a todos los que me leen, aunque sean poquitos no importa.

Después nos encontramos a más gente y entre la bailada, la platicada, las fotos y la criticadera nos dieron las 5 de la mañana. Y ni tomamos ni nada, pero bien a gusto que estábamos, al menos yo, y hubiera podido aguantar perfectamente para ir a desayunar menudo si a mi hermana no le hubieran estado molestando los pupilentes y Claudia no tuviera que estar a las 8 de la mañana del domingo en no sé dónde.

Llegamos directo y sin escalas a la cama y hasta las 11 de la mañana... Por puro milagro nos despertamos, desayunamos en friega, nos pusimos una gorra, bloqueador, y ¡a los arrancones! Ya estaba yo un poco cansada pero ya teníamos los pases, así que ni modo de desperdiciarlos, además de que nunca había ido yo a un evento de esos y siempre me invitaban diciendo que se ponían chidos, entonces esta vez me les pegué.

Sin estar aliviada aún me aguanté la sed en el solazo y sólo pude cargar la botella helada para refrescarme un poco, porque no me permitieron tomar ni una gota para no lastimar más la garganta. Los arrancones en sí casi ni los vi, porque resulta que por lo menos la mitad de la gente que va no lo hace por los arrancones, sino por ver a la gente que va a los arrancones.

Estuvimos sólo un ratito, o al menos se nos pasó rápido porque nos entretuvimos platicando.

Por la noche lo único que pudimos hacer fue dormir, ya no podíamos más y ni ganas teníamos de salir.

Y el lunes comenzó el desmadre y las preguntas sobre la influenza en Tepa. Que por el momento no se iba a suspender el desfile del Señor de la Misericordia, así que nuevamente ahí vamos al chisme, esta vez con mi cuñada Flavia que dejó abandonados en su casa a mi hermano que no le gustan los tumultos y al niño, no fuera a tener la mala suerte de contagiarse de algo.

Me empecé a estresar cuando vi a muchísimas personas con cubrebocas, pero aún así nos sentamos para poder disfrutar del desfile. Y vaya que lo disfrutamos, estuvo precioso, no he ido a muchos porque antes tenía que ir con mi mamá (que también se engenta muy fácilmente) o no iba, pero éste fue el mejor que he visto. Los carros alegóricos estaban de lo más bonitos, no sé quién los habrá diseñado pero estaba todo divino, además de que fue muy ágil y muy bien organizado, de verdad felicidades, se volaron la barda con este desfile.

Y como había mucha gente pues aprovechamos para hacer el sondeo de opinión, que como ya se habrán dado cuenta fue sobre la influenza. Después de ver a tantísima gente con cubrebocas, al terminar ya sentía yo que me dolía la garganta, la cabeza y que tenía fiebre, pero era pura sugestión; la locura y el miedo que la misma gente siembra.

Al terminar fuimos a la expo por… sabe por qué, sólo dijo mi cuñada que tenía que ir, así que fuimos, y nos quedamos platicando mientras ella hacía lo que tenía que hacer, y como el mismo lunes el gobernador anunció que se cancelaban todos los desmadres, todos empezamos a preguntarnos qué pasaría con las fiestas, unos decían que se iban a cancelar, otros que la cosa seguía hasta este domingo (mañana) como debía ser, pero en realidad nadie sabía nada.

El martes al medio día se dio el comunicado oficial de la cancelación de las fiestas, cosa que tuvo diferentes reacciones, desde “ya se habían tardado” hasta “¡Nooo puede ser! ¡Apenas que iba a ver a Joan Sebastian!” pero nadie pudo hacer ya nada para salvar la semana que quedaba.

La mayoría de los de mi edad están enojados, porque sin clases hasta el 6 de mayo, sin fiestas y con muchos negocios cerrados, eso se traduce en la aburrición total. Pero para los papás que querían que sus hijos dejaran de salir (como los míos), es un alivio y nos hacen burla como diciéndonos: ¿no que no?

Así que gracias estúpida influenza jodida del nabo, nos robaste la última semana de fiestas.

Al menos a lo que duró le saqué buen provecho.

Y si no llega pues nos va a dar más coraje, porque va a ser todo por nada, pero debo reconocer que sí es mejor tomar precauciones. Y a los que no las toman y por pura mala casualidad les llega, entonces va a haber algunos epitafios que digan “Andale que sí era cierto”

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1 Comentarios

  1. Creo que en vez de "Así que gracias estúpida influenza jodidad del nabo, nos robaste la última semanna de fiestas" debiste haber escrito "Así que gracias estúpido Gobierno Federal jodido del nabo, nos robaste la última semana de fiestas".

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