¡Adiós y gracias Prepa Tepa!

+ Los mejores tres años de mi vida

+ Sentimientos encontrados pero el desmadre no para


Por Fabiola González Ontiveros

Todo en esta vida tiene un principio y un final, un ciclo, que normalmente sabemos cuándo vamos a iniciar algo, pero nunca podemos estar seguros de poder terminarlo, de estar vivos para ese entonces o hay veces que ni sabemos cuándo es que se va a terminar.

Mi sobrina terminó su tercer año de primaria, así que en su acto académico me obligaron a madrugar para ir y tomarle fotos al evento. Me hice la difícil pero en realidad quería recordar viejos tiempos.

Al entrar al plantel retrocedí 6 años, cuando salí de la primaria y fue todo un festejo en la escuela. Aunque por lo que vi ahora las cosas son diferentes. Primero formaron a los niños alrededor de todo el patio para hacer honores, y me dio mucha risa acordarme de cómo nos formaban a nosotros regañándonos casi de uno por uno, porque entre los 6 y los 12 años no somos muy ordenados que digamos.

En este evento que les platico llamaron al primer lugar de cada salón para darle su diploma enfrente de todos, y también llamaron a los niños especiales para reconocerlos, lo cual admiro porque en mis tiempos había aún muchas restricciones para estos niños.

Cuando salí de sexto grado ensayamos bailes y toda la cosa, que después presentábamos ante todos los niños. Los de otros grados decían poesías para quienes ya se iban y hasta nos pusieron las golondrinas, y esa canción es más para ponerte triste que nada, pero en ese entonces no me puse nada de triste, estaba emocionada por lo que vendría después.

La secundaria me pareció algo difícil como me imagino que fue para todos, en esa etapa se burlan hasta porque pasó una mosca cerca de ti, y uno también se burla de todos; ahí nadie se escapa.

De la prepa todo el mundo me hablaba maravillas, antes de entrar te dicen que es la mejor etapa de tu vida, que ahí conoces a los mejores amigos, que además las clases son bien chidas porque tú sabrás si te metes o no te metes.

Resulta que cuando entré me pareció que todo lo que decían era cierto, la prepa me encantó… pasó de todo, los mejores recuerdos que tengo han sido ahí, o con gente que tuve el gusto de conocer ahí; fueron 3 años realmente geniales; con todo y esos dos o tres maestros que se querían hacer los divertidos pero en realidad lo único que hacían era caer mal, esos profes que nomás de verlos te ponías de malas, los que veías venir de lejos y ya les estabas sonriendo, cuando de vez en cuando te ponían una madriza en educación física, o cuando renegabas porque no ibas a pasar tal materia por miserables dos o tres puntitos.

Ahí pasé el mejor cumpleaños hasta ahora, me he reído muchísimo en ese tiempo, he pasado también muchas vergüenzas con gente que ni conozco, y he declarado la guerra abiertamente contra compañeros indeseables, etcétera.

La cara de asustados que teníamos todos en primero, la desorganización de Juglarías de primero, las porras y los chiflidos que nos echaron en Juglarías de tercero cuando salimos de moulin rouge, la divertida que nos dimos viendo ensayar a los anónimos luchadores enmascarados en Juglarías de quinto. La conferencia de física que hicimos en cuarto semestre... que andábamos todas las muchachas con vestido y los hombres con traje atendiendo a los padres de familia y toda la cosa. El desmadre de los concursos de baile y canto, el griterío en la plaza apoyando a nuestros amigos con todo lo que podía dar nuestra garganta, las idas a la FIL que aunque a lo mejor no estaban tan divertidas pero por el simple hecho de ir con tus compañeros metíamos el desorden. Las voladas de clases que nos dábamos para ir a desayunar por lo menos cada semana a los tacos de barbacoa hasta el Oxxo de Las Colonias…

Conocimos a nuestros compañeros de desveladas, locuras, troncadas, fiestas y para algunos de borracheras también. A tres niñas bien lindas que me han acompañado desde el principio que son Katia, Nelly y Angie junto con quien escribe, el profe Olvera nos bautizó las risueñas, y ahora todos nos conocen así. Además de que tengo que mencionar al compañero Rube, que no sé por qué fregados se empezó a juntar con nosotras si nos caíamos mal mutuamente, pero ahora somos inseparables. Eso también aprendí en ese lapso, que la gente la mayoría de las veces no es lo que parece en la primera impresión.

Este jueves, fue el acto académico de la prepa, y no me sentía para nada emocionada por el asunto, hasta me entristecía un poco, porque yo sabía que en cuanto pasara el evento todo se habría acabado. Cinco minutos antes de irme al Olimpo me quedé mirando la toga y no pude evitar sentirme mal, y retrasé el hecho de ponérmela hasta que estuvimos allá. Así que estábamos, con nuestra toga estilo batita ridícula y el birrete que no es más que un plato en la cabeza que te hace ver incluso más ridículo, pero esa cosa tiene algo que hace que te sientas importante, es como un triunfo ponérsela, aunque se vea mal, porque sabemos que muchos de nuestros compañeros se quedaron en el camino y tal vez usarán esa toga, pero no con nosotros.

No tenía ni pizca de nervios por todo el asunto de ir a recibir el diploma ése, sólo podía sentir el calor que me nublaba el pensamiento, pero me sentí contenta al ver a todos mis compañeros de generación que usaban esa toga aunque sea con un poco de orgullo, porque parece que no pero nos costó llegar hasta ahí y mientras empezaba la cosa comenzaron las fotos por todos lados.

En determinado momento nos dijeron que le paráramos al desmadre y que ya nos fuéramos a sentar, así que nos veíamos todos bien bonitos, hasta parecía la pura verdad. Al ver a los profesores a los que habría que estrecharles la mano al subir por el diploma no podía creer que ya no tuviera más clases con Villaseñor por ejemplo, que es de mis maestros favoritos.

Nombraron a 305 alumnos de la A a la Z, y no me sentí nerviosa hasta que empezaron con la G, pero así como subí tuve que bajar, porque todavía quedaban bastantes por nombrar.

El término del acto académico fue un momento de sentimientos encontrados, la felicidad del triunfo, y la tristeza de los finales, de las separaciones; pero siempre hay que tratar de pensar que todos los cambios vienen por algo bueno.

Esa escuela en la que me hicieron reír hasta que me dolieran el estómago, que pasé tantos corajes entre maestros y alumnos, que también lloraba de vez en cuando por alguna cosa, en la que me di la mojada de mi vida sólo porque traíamos el simple y corríamos como histéricos por todo el patio, jugando futbol con una lluvia fuertísima, también donde jugamos baraja y lotería con condición de a peso la mano o la carta, en fin… esa escuela que nos vio crecer los últimos 3 años ahora nos dice adiós y buena suerte. La voy a extrañar mucho y también a todos mis compañeros.

¡Los quiero 6°C, Generación 2006-2009!

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1 Comentarios

  1. Jejeje, los tacos de Barbacoa de ahí para el Oxxo de Las Colonias sí que son la onda. Y volarse la clase de las 9:15 por ir a desayunar ahí es simplemente genial!

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