Por Oscar Maldonado Villalpando
Es ya una tradición entrañable. La fecha ha llegado este 17 de septiembre de 2009. Nació en el sentimiento de gratitud a La Divina Providencia, hace ya más de 50 años con el célebre párroco don Saturnino Covarrubias. Los barbechos verdes, los campos floridos. Dios hizo, que en unos días todo cambiara con la bendición de las lluvias.
Muchas personas han venido a la fiesta del campo, que además, es fiesta de Cristo Rey, fiesta con acentos sacerdotales, por este año dedicado al sacerdote. La misa fue a la una, vinieron los peregrinos de León, de La Colonia Sandieguense, que es una tradición que se remonta a la Cristera, desde que la persecución los hizo dejar su tierra y abrirse camino en la próspera ciudad del Bajío a la que también dieron todas sus cualidades y su vitalidad.
Por primera vez, hubo una peregrinación organizada desde Guadalajara, la parroquia de Zapopan, Estadio, se hizo presente para conocer y compartir la celebración. Luego representantes de la Guardia Nacional de Jalos, de Arandas, de los pueblos vecinos llenos de devoción. Jalpa, Agua Negra, San Francisco, San Julián, etcétera. También se dieron cita varios sacerdotes vecinos. Sacerdotes muy reconocidos, entre otros, fueron el P. Juan Pérez y el P. Demetrio Mena.
La misa presidida por el señor cura de San Diego, J. Jesús Vázquez, predicó, el padre vicario J. Jesús Robelo. Y habló precisamente de la gratitud a los dones de Dios, la vida, la salud, el temporal. Hizo también referencia al sacerdocio, a las muchas vocaciones que han salido de esta parroquia a lo largo de su historia, cuarenta sacerdotes. Pero ahora se nota una situación delicada. Sólo hay un seminarista. Los niños, los jóvenes, los estudiantes no están acudiendo al llamado de Dios, decía que es urgente pedir por el sacerdote, por su conversión, para que los llamados encuentren la figura sacerdotal como algo deseable e ideal, lo que debe ser un verdadero sacerdote.
Luego transcurrió la santa misa. Fuera, todo era feria y movimiento. Los puestos, los dulces, los tacos, carnitas. En pleno campo las personas paseaban alegremente.
De esta forma se ha cumplido un año más con esta venerable tradición religiosa, que nos recuerda tantos valores y que invita a todos para centrar su vida en esos mismos valores que nacen de su fe.
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