¡Vuelve, vuelve primavera!



El 21 de septiembre comenzó el otoño en este lado del mundo, pero en el hemisferio sur, la primavera. Resulta que el 21 de septiembre es además el día del estudiante, entonces se festejan esas dos cosas: que comenzó la primavera y que sólo el hecho de ir a una escuela ya te pueden llamar “estudiante”. Pero, ¿qué es exactamente lo que se hace? Bueno, en la época en que mis papás eran jóvenes (de edad), allá a fines de la década del 60 y principios de los 70’s, ellos iban a un picnic de primavera, mi papá lo festejaba con sus amigos en los bosques de Palermo, en Buenos Aires, y mi mamá en Alta Gracia, una localidad serrana de la provincia de Córdoba con sus compañeros de trabajo.

Y el picnic no era más que eso, comer en un parque, con los amigos, alguno que llevara una guitarra para cantar canciones de Leo Dan o de Palito Ortega; o años más acá, algún grabador para escuchar casetes.

Ya en mi época la cosa era otra. Cuando iba la primaria, ese día nos regalaban golosinas, pebetes (que son un tipo de sándwich), gaseosas (refrescos) y era un día de juegos con los compañeritos y maestras, las “señoritas”, como se acostumbra decirles.

En la secundaria el relajo era mayor. Como un mes antes ya andábamos preguntándole a la directora si nos iba a dar la semana libre, libre era un decir, igual había que ir al colegio, nos tomaban asistencia pero eran días en los que no nos daban clases sino que armábamos tipo kermesse, con juegos, comida y música.

Había una serie de juegos y uno podía anotarse en cualquiera y participar, carreras de embolsados, juegos de postas donde había que pagar prendas, correr hasta cierto lugar con una cuchara en la boca que sostenía un huevo, buscar caramelos escondidos en un plato con harina, maniatado intentar morder una manzana cubierta de dulce de leche y que pendía de un hilo y cosas por el estilo.

Y así se nos pasaba la semana, si es que nos la daban, como fuera, el 21 de septiembre no hay clases. Es entonces ese día cuando en Córdoba, en varios lugares pero más precisamente en Carlos Paz, se lleva a cabo la mayor fiesta. Se festeja el día de la primavera; desde hace varios años, como 14, bajo el lema: “Primavera sin alcohol”.

Para que se den una idea, salen desde la madrugada hacia ese lugar que está a 36km de la ciudad, se van en lo que pueden y como pueden porque son muchas personas las que se reúnen, pero lo interesante, es el operativo que despliega la policía requisando cada uno de los vehículos y decomisando todo el alcohol que porten los que se creen “más vivos”.

Total que es un día especial donde, en la explanada de un lago, el Lago San Roque, se arman a veces hasta 4 escenarios donde hay espectáculos gratuitos todo el día, pero siempre contratan grupos que están de moda y, por supuesto, que te ponen a bailar. Shows de luces y sonidos, dj’s, fuegos artificiales. Se reúnen aproximadamente 100 mil jóvenes, ya no digamos estudiantes que serán como 4 ó 5 nomás ja ja, es broma, serán como unos 20 o un poquito menos.

Es un terregal, pero es lindo estar con amigos, organizar todo con mucha anticipación, llevar la carne para hacer un asado o pan y chorizos para hacer “choripanes” (algo así como los hot dogs pero con pan francés y chorizo, mmm ya me antojé). Por la mañana algunos juegan al voleibol otros al fútbol, incluso dan los Master Class de aerobics. Cuando todo termina, cerca de las 12 de la noche, hay que hacer filas interminables para poder volver a la ciudad, si justo cae un viernes o en fin de semana, algunos prefieren quedarse en campings, con sus carpas y pasados de sueños porque allí la fiesta generalmente, continúa hasta que salga el sol.

Al día siguiente, todos están ardidos por el sol, rojos. Digamos que es el día oficial para comenzar a broncearse para estar más lindos en la primavera. A los argentinos nos gusta mucho broncearnos para no estar “blancos teta”, perdón, pero así decimos. Ese día hay canciones que no pueden dejar de sonar en la radio:

“Ya llego la primavera” de The Sacados (los Miranda de mi época).

“Vuelve primavera” de Mal Momento.

Y la clásica: “El estudiante” de Los Twist, que una parte dice así:

Muy correcto en sus modales,
moderado al criticar,
nunca se copia de nadie
y a nadie deja copiar.

Es el estudiante.
Estudiante de verdad.
Es el estudiante.
El ejemplo universal.
Y los estudiantes te queremos saludar,
entonando esta canción
con orgullo y con pasión.
¡Estudiantes, estudiantes: a estudiar!

En historia es el primero,
en latín es el mejor.
Él va a clase aunque haya huelga
y entretiene al director.
Sus amigos lo idolatran,
lo quieren embalsamar
para hacer un monumento
al estudiante ideal.

Es el estudiante.
Estudiante de verdad…

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