Inhumanos


Hace unos días apareció en una calle de Veracruz el cuerpo de una mujer en pedazos. Le cortaron los brazos, las piernas y la cabeza y dejaron éstas junto al tronco, desnudo, boca abajo, sólo llevaba encima una tanga blanca de la que se veía una parte entre los glúteos, pues al resto lo tapaba una cartulina en la que los asesinos exigen respeto.

Era una mujer joven de la que en principio se pensó que podría ser alguien que había desaparecido unos días antes y que trabajaba como secretaria en un juzgado de distrito, incluso así se dio la noticia al día siguiente, que se había encontrado descuartizada a la funcionaria del poder judicial, pero luego dijo el gobierno que no, que se trataba de una joven de Poza Rica que llevaba algún tiempo viviendo en la zona conurbada de Veracruz-Boca del Río y que no era la secretaria del juzgado. Nadie le creyó pero eso dijo.

Y nadie le creyó porque la secretaria del juzgado fue “levantada” por un comando armado en el mismo lugar donde una semana antes ocurrió una balacera en medio de la cual se detuvo a un dizque auditor del Cartel del Golfo apodado el Z-20, y en el mismo lugar de la balacera, la aprehensión y el secuestro fue dejado el cuerpo de la mujer en pedazos.

La cartulina que fue clavada sobre su espalda con un cuchillo, decía más o menos que “esto le pasará a todos los que le falten al respeto o le pongan el dedo a la empresa” y como firma había una Z. Es decir, los crueles asesinos, desalmados, sanguinarios, inhumanos, las malditas bestias sedientas de sangre que hicieron pedazos a una muchacha creen que merecen respeto.

¿El respeto de quién podrían merecer esos carniceros que tanto desprecio sienten por la vida humana y que seguro estoy de que no respetan ni a su p… madre? Tan lleno tienen el cerebro de mierda que no piensan, no razonan y confunden el miedo con el respeto, miedo sí todo mundo les tiene porque son peor que los animales salvajes porque matan por gusto, pero respeto quién, ni saben siquiera lo que significa esa palabra.

Bueno, quizás si haya alguien que sienta respeto por ellos, la Comisión Nacional de los Derechos Humanos que tampoco sabe distinguir entre humanos e inhumanos, para ellos todo animal que camine erecto sobre dos patas y que parezca humano es un ser humano, olvidan que para serlo se necesita un poco más, un poco de humanidad, de la que estos sicarios enajenados carecen por completo.

¿Le parece a usted que al famoso Teo, a quien se le achacan alrededor de 600 asesinatos en Tijuana, y a su “pozolero” que guisó o deshizo en ácido los cuerpos de trescientas personas, se les puede clasificar entre los seres humanos?, ¿le parece que merecen la protección de la comisión de los derechos humanos, que debe correr a defenderlos si los investigadores los agarran a cachetadas para que confiesen?

A mí me parece que cualquier castigo que se les aplique es poco, y que si de hacer justicia se trata con la pena de muerte no pagarían, deben pasar lo que les quede de vida encerrados en una celda de 4 por 4 metros (y se me hace grande) y con un retrete ahí mismo para que no salgan ni al baño, mucho menos a pasear por un jardín del penal ni al gimnasio. Si se trata de acabar con ellos que los maten a todos en cada enfrentamiento, no presos, sólo muertos. Pero si se trata de hacer justicia no hay castigo suficiente para tanta crueldad con la que hacen pedazos a una muchacha.

Nomás de ver las fotografías, en las que se aprecia cuando un policía lleva la cabeza de la joven colgando de los pelos, o la otra, entre tantas, en la que se ve sólo el tronco de su cuerpo, con el pecho y el estómago sobre el piso de una banqueta, con su tanga blanca y con una cartulina clavada con un cuchillo en su espalda… se siente un escalofrío y se llena uno de rabia impotente. ¿Tienen esas bestias derechos humanos?

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