Pórtico

Aguados

Por Ramón Muñoz de Loza

No nos haga lo llovido, sino lo bacheado 
Las persistentes lluvias que nos cayeron durante prácticamente toda la semana nos dejan como saldo varios accidentes, varios derrumbes de árboles y ramas y un montón de baches por prácticamente toda la ciudad.

Tepatitlán no es el único, pero es donde vivimos (y donde padecemos) los problemas cotidianos, por ello nos enfocaremos en lo que el agua nos trajo o la nueva versión de lo que el viento (frío) se llevó.
Si bien es cierto que en los últimos meses se ha aplicado un programa de reencarpetado asfáltico y bacheo por varias calles de la ciudad, también es cierto que las nuevas autoridades deberán aplicar un programa emergente de colocación de mezcla asfáltica por prácticamente toda la ciudad.

No hay calle que no haya resultado con un bache luego de cuatro o cinco días continuos de lluvias. Por lo que, aún y cuando no haya dinero presupuestado para dichas obras, los regidores, el tesorero y la alcaldesa de Tepatitlán deberán poner manos a la obra para reencarpetar media ciudad, so pena de verse luego envueltos en problemas por demandas de particulares por daño patrimonial en sus vehículos por lo desastrosadas que están las calles.

Podrán decir las autoridades que no son culpables de las persistentes lluvias de la semana que se va. Es cierto, pero tampoco los ciudadanos deben cargar las culpas.

Este es un problema ambiental, un “desastre urbano” natural que amerita una estrategia urgente para hacer reparaciones. Y no sólo es en el ámbito de los pavimentos. También hay problemas en las lámparas de alumbrado público, en los espacios públicos que se hicieron a las carreras y sin la debida supervisión, como el caso de la techumbre del parque de Los Adobes, al sur de la ciudad.

A la actual administración le heredaron poco presupuesto y de ahí deberán echar mano para la contingencia que ahora padecemos.

La imagen del Ayuntamiento va directamente proporcional a la imagen de las calles, de las avenidas, por ello será urgente que los departamentos de obras, alumbrado, servicios municipales, aseo y todos los que tienen qué ver con la imagen urbana, se reúnan a la voz de ya para preparar ese plan emergente de obras y servicios que le permitan a la gente asimilar que, en verdad, éste es un Ayuntamiento sensible y atento a las necesidades de la población.

El pueblo puede entender que las calles se destrocen por las lluvias. Ojalá los funcionarios encargados de las áreas también entiendan que de la rapidez de su reacción ante estas falla “naturales” puede ganarse o perderse una imagen responsable, ágil y oportuna, sensible pues, como lo quieren mostrar ahora en el Ayuntamiento del Cambio.

Estaremos atentos, conduciendo y cayendo en cuenta… o cayendo en el bache.

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