Por el padre Miguel Ángel
padre.miguel.angel@hotmail.com
En el cañón del Colorado paseaba un padre con su hijo de siete años. La mañana era calurosa y el sol resplandecía en un cielo limpio. De repente, el pequeño se cae, se lastima la rodilla y exclama: ¡ahhhhhhhhhhhh!
Para su sorpresa, oye una voz oculta que también se queja: “¡ahhhhhhhhh!”
Con curiosidad, el niño grita: “¿Quién está allí?
Desde el fondo del Cañón, una voz le hace la misma pregunta: “¿Quién está allí?”
Enojado con la respuesta anónima, el niño prorrumpe: “Cobarde, ¿por qué te escondes?”
Del otro lado, alguien le contesta agresivamente: “¿Cobarde, por qué te escondes?”
El niño mira a su padre y le pregunta: “¿Qué sucede?”
El padre sonríe y le dice: “Hijo mío, presta atención”. Entonces le grita a la montaña: “Te admiro”.
Desde el fondeo del Cañón, alguien le confiesa varias veces: “Te admiro”, te admiro, te admiro”.
De nuevo, el hombre exclama: “Eres un campeón”.
La voz le responde: “Eres un campeón, campeón, campeón”.
El padre susurra en voz baja: Te amo.
La voz le responde suavemente: Te amo, te amo, te amo.
El pequeño está asombrado, pero no entiende.
El papá le explica mirándolo a los ojos: “La gente lo llama “eco”, hijo, pero en realidad es la vida”.
Luego añade en voz alta: “Te devuelvo cuanto le dices o haces…”.
“Te devuelvo cuanto le dices o haces, cuanto dices o haces, dices o haces” repite aquella voz desde el fondo del Cañón.
Cada uno cosecha y recibe lo que ha sembrado y dado.
Si anhelas más amor en el mundo, siembra amor a tu alrededor. Pero si deseas poco amor, da poco.
Si esperas felicidad, da felicidad a quienes te rodean.
Si quieres sonrisas y bendiciones, sonría y bendice.
Si te gusta cosechar desprecios, desprecia.
Si deseas bienes materiales, compártelos.
Si buscas amigos, hazlos.
Si prefieres soledad, enciérrate en ti mismo.
Si te interesa un mejor ambiente ecológico, siembra un árbol y no contribuyas al sobrecalentamiento del planeta.
Si necesitas que te escuchen, escucha a los demás.
Si procuras buena salud, cuida tu alimentación y forma de beber.
Si quieres una mejor familia, atiéndela.
Si hasta el día de hoy has estado cosechando soledad, enfermedades, tristezas, traiciones, no culpes a los otros. Mejor revisa tu morral para identificar las semillas que has estado sembrando y cámbialas si es necesario, para que, pronto muy pronto, puedas cosechar frutos abundantes y permanentes.
Si nos detenemos a reflexionar en cada una de las frases anteriores nos daremos cuenta de que son verdadera enseñanzas que no debemos olvidar nunca.
2 Comentarios
Hola Padre me da gusto leerlo ... saludos desde chicago
ResponderBorrarhola padre espero que se encuentre bien y muchas gracias por todas las refleciones que me ayudan tanto ana de california
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