Siete días




Alcoholizados

A propósito de las fiestas y el alcohol o al revés. Se vienen los festejos a Tepa y con ello más alcohol; no nos podemos imaginar una cosa sin la otra pues donde hay alegría y diversión es muy común que haya bebidas embriagantes y por el contrario, no es muy común que una persona tome sin motivo alguno y sin compañía.

El alcohol siempre ha sido un problema sobre entre las personas jóvenes. En Tepatitlán hay muy pocas calles donde el alcohol mezclado con el volante represente un peligro, pero aún así es suficiente para entrar en las estadísticas de las poblaciones con más muertes a causa de accidentes vehiculares donde el conductor ingirió bebidas embriagantes.

Sin contar las riñas generadas al calor de las copas, donde se producen menos muertes pero sí muchas lesiones y personas en la cárcel.

El consumo de estas bebidas podría parecer un gran dolor de cabeza para las autoridades de Tránsito y los cuerpos de emergencia; para el resto de las autoridades municipales al parecer no representa gran problema o desde cuando ya se hubiera por lo menos restringido los permisos para la venta de alcohol.
Pero quizás la reducción de puntos de venta de alcohol y precios que lo pongan fuera del alcance de muchos, es la solución.
Recientemente tuve la oportunidad de hacer un viaje al estado de Veracruz, concretamente a un lugar llamado El Tajín, donde se celebraba el llamado Festival de Primavera.
El lugar es mucho más grande que el núcleo de feria de Tepatitlán, así como el número de las actividades que hay para realizar y la gente que acude. Ahí se podía ver toda clase de personas con pensamientos y formas de vestir de lo más disímbolas, que fácilmente podrían provocar la ofensa o la burla de quien pensara distinto.
Pero cada quien su rollo; podía pasar un emo frente a un pabellón rockero sin ser molestado, como los Atalayas que reparten los testigos de Jehová, donde en las ilustraciones salen un león junto a una cebra en perfecta armonía y cosas así. La cosa era que cada quien su rollo y nadie se metía con la diversión o creencias de los otros.

Había gente de todas las edades, familias completas al mediodía y la tarde y gente más bien joven por las noches, grupos de amigos, parejas de novios, etcétera y sin embargo el orden no se altera y los policías poco se ven y los que hay realmente se la pasan muy tranquilos pues tienen poco que cuidar y meter en cintura.

Había mucho de todo, lo que era muy escaso eran los puestos de venta de cerveza. Yo sólo observé dos o tres puestos para fácilmente más de 100 mil personas. Ni por equivocación había puestos de cantaritos ni ninguna otra bebida de graduación alcohólica, ciertamente había puestos de comida con venta del espumoso brebaje pero el consumo era sólo acompañado de un platillo.

Encima las bebidas eran carísimas, por lo que solamente las personas más grandes compraban y una sola bebida por cabeza y ya, lo que no daba chance a que alguien se embriagara por ahí y causara desmanes.
La cosa era llegar a divertirse y disfrutar del montón de actividades que había por hacer. En Tepatitlán es llegar ya "servidos" a la Expo, el núcleo o el palenque, una vez dentro de esos lugares hay que seguir "pisteando" y después cuando es la hora de irse no falta quien ofrezca su casa o algún otro lugar para el "after", al cabo que sobra donde vendan cerveza, tequila, whisky y todo eso.

La cerveza y los cantaritos vendidos dentro de las instalaciones no son baratos pero tampoco como que para que pocos los puedan comprar y la gente joven y muchachitos que recién comienzan a tomar no saben distinguir entre un consumo responsable y una borrachera que luego traerá indeseables consecuencias.

En Tepa todo mundo sabe dónde comprar las micheladas, pues hasta en las tiendas de abarrotes las venden y dentro de la Expo o el Núcleo hay más puestos de cerveza que baños.

Si el gobierno y los organizadores de eventos quisieran, podrían otorgar los permisos de venta de alcohol a precios muy altos, de tal manera que pocos estén dispuestos a pagarlos y por ende deban recuperar la inversión vendiendo el producto a costos muy elevados.

Pero cualquiera a cualquier hora del día, si tiene unos 50 pesos es suficiente para comprar un six de cervezas y ponerse hasta las chanclas...

Publicar un comentario

0 Comentarios