Siete Días

Le vale Vergara
el Guadalajara

Por Alejandro González Ontiveros
Esta columna ahora habla de un equipo de futbol, específicamente del más querido de México (pésele a quien le pese), las Chivas. No voy a escribir de los jugadores, su posición en la tabla, su estilo de juego ni nada de eso, pues para eso hay miles de expertos y advenedizos que se sienten con autoridad -con o sin razón- en la materia y diariamente opinan por cualquier medio a lo largo y ancho del país.

Jorge Vergara se hizo dueño del equipo más popular del país, quitándoselo a un grupo de caciques que tenían a las Chivas devaluadas y sumidas en la mediocridad y pobreza y a punto de ser vendidas a Televisa como carro destartalado. La institución comenzó a crecer y recuperar protagonismo y a cargar también con los desplantes y manías del nuevo patrón, a las que eventualmente nos hemos acostumbrado.

Sin embargo de un tiempo para acá al dueño le ha dado por sumergirse en ondas medio esotéricas, que pláticas motivacionales, que terapia de grupo, que feng shui y varias fumadas más de ese estilo, propias más bien del New Age, a pesar de que Vergara, sin haber dicho abiertamente que fuera creyente del catolicismo, en varias ocasiones mencionaba a la iglesia y que había estudiado con los maristas.

La razón por las que Vergara se ha inclinado hacia el New Age y todas las cosas raras de esta corriente son desconocidas y no tiene importancia investigarlas, aunque quizá sea verdad que es la mujer quien en realidad cree en eso y ha influenciado fuertemente a su marido; por ahí hay quienes dicen que es la señora la que maneja al equipo, a Jorge y a la empresa millonaria que formó éste antes de comprar a las Chivas.

Y ahora todas esas mafufadas esotéricas y pseudo metafísicas están permeando al equipo y los jugadores, cosa que no agradó al último presidente del club, Rafael Lebrija, quien mejor decidió salirse de la empresa al no estar de acuerdo con manejar un equipo de primera división con tales criterios.

Cada quien es libre de hacer con sus propiedades lo que más le guste, pero también es cierto que al cliente, el que después de todo es el que sostiene la empresa, siempre tiene la razón y cada vez es más frecuente escuchar entre los aficionados críticas hacia la forma de manejar a las Chivas por parte del dueño, su esposa y los chamanes, gurús, espiritistas y demás vividores que dizque asesoran a los patrones.

Por el momento, los resultados, aunque no son los mejores, calman un poco al aficionado, pero si algún día (Dios no lo quiera) Chivas vuelve a ser un equipo mediocre y lastimero entonces sí la gente verdaderamente le cobrará a Vergara todas esas fumadas de las que hizo y hace objeto a su equipo y por las cuales no pocos entrenadores, directivos y funcionarios en turno han debido abandonar la institución.

No es el único lugar donde pasa eso; Lavolpe tenía una "consejera-hechicera" de cabecera que le ordenaba hasta la corbata con la que debía salir a dirigir los partidos; Mario Carrillo está peor y él más que entrenador es un chamán que a veces dirige equipos. Pero hay que recordar que Lavolpe ha tenido más fracasos que éxitos y Carrillo no canta mal las rancheras, ¿será que algún día a Vergara ya no le funcione el mentalismo y la brujería y entonces la gente ya no le perdone sus irreverencias y desplantes?

Recordando una canción de Molotov, a Vergara le vale su apellido el equipo y lo que digan los demás.

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