Siete Días



El espejo

En las noticias a nivel nacional sale el tristemente famoso caso de Paulette, donde todo parece indicar que los responsables de esta muerte no van a recibir el castigo merecido, amén de la complicidad o ineptitud del procurador Bazbaz (el apellido lo dice todo).

Ahora en estos días se dio un caso donde varios elementos se repiten, como el deceso de niños inocentes en circunstancias violentas y encubrimiento y simulación de los responsables, aunque esta vez las autoridades encontraron al responsable y obtuvieron su confesión, ahora nomás falta que en el proceso el culpable reciba su condena.

Los anteriores ocurrieron en el centro del país pero en Guadalajara se dio un caso similar aunque de menor resonancia, donde un sujeto fingió que le habían secuestrado a su hija y la esposa, quien presuntamente creía en todo lo que le decía el cónyuge, hasta pidió ayuda y que oraran por su hija en el Facebook; después salió a la luz que el padre la asesinó y raíz de eso, la mujer de nuevo pedía ayuda por la mentada página web, pero esta vez para pedir dinero (¡háganme el favor!).

Hay quienes no quisieran que los medios no publicaran este tipo de noticias, incluso hay periodistas que dicen que no les gusta darlas a conocer, porque según ellos se conducen con un estilo “elegante” y la nota policiaca es cochina, fea, irracional y obedece a los más primitivos instintos animales, según mencionan esos mismos comunicadores. Seguramente los policías, investigadores, procuradores, agentes del ministerio público, actuarios y jueces son mal vistos por este tipo de reporteros.

Hay quienes quisieran que se hablara de un país y una sociedad, aparte de “elegante”, bonita, funcional y demás utopías, para que todo mundo crea que así es nuestra realidad, que no existen las situaciones oscuras ni nefastas y quienes así lo señalan es porque obedecen a sus más “primitivos instintos animales”.

Los medios de comunicación, en opinión de este editor, deben ser un espejo de lo que sucede en la realidad, lo que no significa que estén de acuerdo ni hagan promoción de lo que ocurre. Los ilícitos no van a dejar de ocurrir porque no se hable de ellos, pero tampoco se van a fomentar porque se informe en las noticias.
Además, si un medio contiene notas policiacas no significa que solamente hable de éstas, pues por lo general contiene noticias de otros géneros, artículos y opiniones, muchos de ellos formativos, por lo que cumplen con su granito de arena en tratar de construir una mejor sociedad.

Otros se molestan porque un medio muestre en sus contenidos palabras altisonantes o imágenes no siempre agradables, que un medio debe cumplir con una labor educativa y sabe qué más. Los medios no son para educar, para esto están las escuelas, los padres e incluso la iglesia y el que no recibió educación o no la aprovechó no es problema del medio de información.

Que un artículo o nota esté redactado con bonitas palabras que porque qué van a pensar los lectores, televidentes o radioescuchas –según sea el caso-… pues ni que fuera un libro escolar, un documento oficial o un escrito que haya elaborado un importante ministro; además, si las malas palabras casi todo el mundo las piensa, las escribe y las pronuncia, por qué no habría de hacerlo también un medio, si está hecho por personas comunes y corrientes.

Un órgano informativo que disfrace la realidad o la oculte o que use palabras correctas pero inentendibles poco o nada ayuda en la vida diaria, pero si nos enteramos de que en tal carretera hay tantos accidentes, determinada cantidad de suicidios, robos o asesinatos suceden en la región nos ayudan a alarmarnos, sí, pero también a tomar las medidas necesarias para que no nos suceda a nosotros o por lo menos a que no nos tome por sopresa.

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