Buen día gente bonita…

Por Lic. Mory Luna J
moryluna@live.com.mx


Educación

En esta vida no se trata sólo de producir… también hay que disfrutar. En el conocimiento y la cultura no sólo hay esfuerzo, sino también placer.

Llega un punto donde estudiar, o investigar, o aprender ya no es sólo un esfuerzo; también es disfrute. 
Qué bueno sería que estos manjares estuvieran a disposición de mucha gente.

Qué bueno sería si en la canasta de la calidad de la vida que el hombre puede ofrecer a su gente, hubiera una buena cantidad de consumos intelectuales; no porque sea elegante sino porque es placentero. Porque se disfruta, con la misma intensidad con la que se puede disfrutar un plato del mejor alimento.

No hay una lista obligatoria de las cosas que nos hacen felices.

Algunos pueden pensar que el mundo ideal es un lugar repleto de shopping centers.

En ese mundo la gente es feliz porque todos pueden salir llenos de bolsas de ropa nueva y de cajas de electrodomésticos… No tengo nada contra esa visión, sólo digo que no es la única posible.
Digo que también podemos pensar en un país donde la gente elige arreglar las cosas en lugar de tirarlas, elige un auto chico en lugar de un auto grande, elige abrigarse en lugar de subir la calefacción.

Despilfarrar no es lo que hacen las sociedades más maduras. Por ejemplo, en Holanda las ciudades están repletas de bicicletas. Allí se van a dar cuenta de que el consumismo no es la elección de la verdadera aristocracia de la humanidad. Es la elección de los noveleros y los frívolos.

Los holandeses andan en bicicleta, las usan para ir a trabajar pero también para ir a los conciertos o a los parques. Porque han llegado a un nivel en el que su felicidad cotidiana se alimenta tanto de consumos materiales como intelectuales. 
Así que amigos, vayan y contagien el placer por el conocimiento. 
 


La educación es el camino

El puente entre este hoy y ese mañana que queremos tiene un nombre y se llama educación. Y mire que es un puente largo y difícil de cruzar. 


Porque una cosa es la retórica de la educación y otra cosa es que nos decidamos a hacer los sacrificios que implica lanzar un gran esfuerzo educativo y sostenerlo en el tiempo.

Las inversiones en educación son de rendimiento lento. No le lucen a ningún gobierno, movilizan resistencias y obligan a postergar otras demandas.

Pero hay que hacerlo, se lo debemos a nuestros hijos y nietos. 


Y hay que hacerlo ahora, cuando todavía está fresco el milagro tecnológico del Internet y se abren oportunidades nunca vistas de acceso al conocimiento.

Yo me crié con la radio, vi crecer la televisión en blanco y negro, después la televisión en colores y después las transmisiones por satélite.

Después resultó que en mi televisor aparecían cuarenta canales incluidos los que trasmitían en directo desde Estados Unidos, España e Italia. 


Después los celulares y el computador, que al principio sólo servía para procesar números. Cada una de esas veces me quedé con la boca abierta.

Pero ahora con Internet se me agotó la capacidad de sorpresa. 


Me siento como aquellos humanos que vieron una rueda por primera vez. O como los que vieron el fuego por primera vez. 
Uno siente que le tocó en suerte vivir un hito en la historia.

Se abren las puertas de todas las bibliotecas y de todos los museos; están a disposición todas las revistas científicas y todos los libros del mundo. Y todas las películas y la música del mundo. Es abrumador. 
Por eso necesitamos que todos los papás y sobre todo los niños sepan nadar en ese torrente… pero con disciplina. 


Hay que subirse a esa corriente y navegar en ella como pez en el agua. 
Lo conseguiremos si está sólida esa matriz intelectual de la que hablábamos antes. 
Que nuestros chiquitines sepan razonar en orden y hacerse las preguntas que valen la pena, todo bajo la supervisión del adulto.
Es como una carrera en dos pistas… por un lado un océano de información, por otro preparándonos para la navegación trasatlántica. 


No podemos estar afuera. No podemos dejar afuera a nuestros chiquitines. Esas son las herramientas que nos habilitan a interactuar con la explosión universal del conocimiento. 
Este mundo nuevo no nos simplifica la vida, nos la complica… Y con ello nos obliga a ir más lejos y más hondo en la educación. 
No hay tarea más grande delante de nosotros … “
La única lucha que se pierde, es la que se abandona”.

Estaré aquí la próxima semana… Besitos…

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