Por Ana Paula de la Torre
Ante la noticia de que el creador y difundidor de documentos embarazosos para la política exterior norteamericana, Julian Assange, el creador de la página web Wikileaks, tiene una orden de aprehensión por autoridades suecas por supuesta violación, es precisamente el tipo de espacio en donde Obama puede marcar o no diferencias...
¿Existe en realidad la voluntad de hacer una nueva, mejor y más justa política exterior? ¿Existe realmente eso del liderazgo en política, a pesar de otras secretarías, y más en un país como el estadounidense en donde su tradición bélica y opresora es innegable, y por lo tanto el peso de sus secretarías en la materia es alto?...
Las decisiones son las que marcan la diferencia en un líder. El político habla, el líder actúa. Cuando Fox no apoyó la guerra en Iraq ganó el respeto de muchos, (aunque no estoy diciendo que es el gran líder), tal vez en materia económica o en desarrollo tenía en descontento a muchos, pero su determinación para no apoyar a George Bush en su supuesta guerra contra el terrorismo, le ganó no sólo el respeto, sino la admiración de muchos, ya que al parecer, su decisión llevaba un carga más ética que política, en ese sentido actuó como líder, no como político solamente...
Este jueves fue anunciado que el personaje revoltoso que tanto ha causado dolores de cabeza a Washington en los últimos meses Julian Assange, tiene ya una orden de aprehensión por parte de autoridades suecas, por una presunta violación y acoso, a raíz de sus encuentros con dos mujeres durante una visita a Suecia en agosto pasado. Lo anterior resulta ridículo si tomamos en cuenta, que el acusado en los últimos meses, a través de su sitio en internet WikiLeaks ha difundido documentos confidenciales en los que se evidencían abusos por parte de las fuerzas armadas estadounidenses en las guerras de Iraq y Afganistán.
El australiano quien había pedido un permiso para residir en Suecia, se manifestó desde hace meses decepcionado con el Estado sueco por seguir adelante el caso de las acusaciones en su contra por lo cual preveía demandarlo (lo cual no sabemos si ha hecho).
Assange afirmó y sigue afirmando que las acusaciones carecen de fundamento y que han surgio como parte de una campaña orquestada en Washington para desacreditarlo, luego de difundir los documentos sobre los abusos cometidos por las tropas estadounidenses en Irak y Afganistán...
Al parecer tiene razón y se trata de una teoría conspiradora, ya que en agosto, cuando visitó Suecia, fue acusado por lo mismo y debido a falta de fundamento en las declaraciones de las supuestas mujeres agredidas, la medida se anuló y el caso se cerró.
Hoy se vuelve a abrir, al parecer las autoridades suecas se prestan a seguirle el juego a miembros de la inteligencia estadounidense, sin embargo ahí viene la pregunta ¿qué tanto peso tiene un presidente para poder frenar labores ilegìtimas o legítimas de algún otro departamento de su gabinete, aún y cuando la secretaría sea un tanto independiente, tal y como lo es la inteligencia estadounidense?
He ahí donde radica el valor del liderazgo, aunque la acusación y orden de aprehensión fue hecha por un estado que no es el norteamerciano, es evidente que sí se trata de un acto de conspiración; sería demasiada casualidad de no serlo, y es precisamente ahí donde Obama puede meter cuchara y marcar realmente la diferencia hacia una administración más justa, menos bélica, y que sí responda a una polítca norteamericana que por primera vez deje de jugar los juegos sucios que siempre ha jugado en materia de seguridad nacional y política exterior.
Es cierto que no se pondrá a decir que su propio gobierno planeó una conspiración, pero lo que sí podría hacer es terminar con el asunto discretamente. Y marcar una diferencia ejerciendo el liderazgo, si es que, esto realmente existe...
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