La novia llegó puntual a su cita más importante, en esta ocasión acompañada de sus padres, los señores Silvino de la Torre y María Guadalupe González; por su parte, el novio José Ramiro la esperaba ansioso a los pies del altar mayor en compañía de su madre, la señora María Guadalupe Gutiérrez y con la ausencia física de su padre Juan Alvarado, que seguramente desde el cielo le enviaba su bendición.
Fungieron como padrinos Juan Martín, Mónica de la Torre, Ramiro de la Torre, Bárbara Hernández, Rodrigo Alvarado, María Guadalupe Gutiérrez, Iliana Hernández y Luis Navarro.
Durante la misa el sacerdote oficiante les habló sobre el matrimonio y los exhortó a que ese amor que hoy sienten, debe de perdurar para el resto de sus vidas, pues solamente así podrán alcanzar la felicidad plena; después de estas palabras los bendijo al mismo tiempo que expresaba que los que Dios ha unido que no lo separe el hombre.
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