Calaveras 2011

Por Luis Gutiérrez Medrano

Tabasco

Petardeó ¿cómo la veis?
como un dato y como seña
el boss de “Presencia Alteña”
y el jefe de “Seven Déis”

Se nos “jué” pal otro lado
cosa que a muchos nos pesa
de dolor y de tristeza
de ver Tabasco inundado.

Ora que estás por allá,
haznos una buena obra
el agua que allá les sobra
nos las mandas para acá.

José Jiménez

¡Dime muerte a qué te atienes
para poderte llevar
el buen “Chepito” Jiménez
conocido por “JIMAR”.

¿Porqué oh muerte taimada?
dime por favor ¿por qué?
Te percollaste a José
si nunca jamás hizo nada.

Como con sueño y bostezo
dijo la muerte enojada:
Pos me lo canché por eso,
nunca jamás hizo nada.

Agustín Padilla

Murió de tristeza, creo
según por lo que se vió
toda su vida cambió
con la muerte de Irineo.

Los dos le hacía al tarugo
yo mismo lo constaté
requemándose su jugo
antes de ir al café.

Y de estar tan chapeteado
el buen amigo Agustín
por la pena quedó al fin
como limón bien chupado.
Yo lo vi a media semana
tan flaco, esa es la neta
cual vaca flaca en horqueta
y su papada de iguana.

Enterrarán a mi amigo
pues sé que muchos irán,
en donde quedó su ombligo
o sea en Mazatitlán.

Inge Rosendo González

Se nos fue y ni testó.
-¿Estaba malo del píloro?
-Pos yo la verdad ignórolo,
Pero que marchó, marchó.

Lorenzo Martín

Ceniza, polvo y mortaja
todito eso es Lorenzo
murió agarrotado y tenso
pues se fueron a la baja
y no son síntomas nuevos
el precio se derrumbó
y así Lorenzo quedó
sin vacas puercos ni huevos
y eso sí que le dolió.

Florentino Martín

Petardió mi buen vecino
tan bueno como el que más
Emparéjame el camino
que ai te sigo y voy detrás.

Le falló su corazón
me lo dijo su mujer
porque Flor quería correr
en un medio maratón.

Que pos mortem te critique
yo bien sé que es en vano
eso no lo hace ni Quique
el hijo de Cayetano.

Celia su viuda y mujer
desolada y sin aliento
cumplió con su juramento
como Dios le dio a entender

Ordenó que en su cajón
pusieran silla y suadero
para gallo un comedero
dos coyundas y un barzón.

¿Y para qué los querría?
Muchas veces me pregunto
si el susodicho difunto
nunca en su rancho asistía.

Luis Martín del Campo

Petardió Güicho Martín
que por la confianza mía
en el café le decía:
¡Cómo estás Güichirilín!

Y murió, en mi opinión
en la de José y de Lupe
por entrarle duro al chupe
y más a la tragazón.

Cuando se peca por gula
el mentir no tiene caso
la panza no disimula
porque parece embarazo.

Se dice que su cuñada
acomodó en su cajón
una carne marinada
tunas de agrio y un melón

Tazas, charolas y ollas
tenedores y cuchillos
salsa chorizo y blanquillos
ajo chiles y cebollas
con tan artículos varios
seguro que va a intentar
en el cielo patentar
sus inventos culinarios.

Quico Alcalá

A veces soy profético
hace años me lo encontré
y al verlo pronostiqué:
¿Vas a morir de diabético!

De eso Quico murió
¿Eso será mala suerte
si tuvo una “dulce muerte”
y el azúcar le subió?

Paco Gallegos

Se atragantó con un taco
en el gaznate atorado
menos querido que odiado
y mal comprendido Paco.

Antes de morir pidió
fuese en el museo velado
pero Manolo enojado
dijo a la viuda ¡Pos no!

No hacemos esos favores
ni nos gustan los asuntos
de andar velando difuntos,
vaya usted a avicultores.

La mirarán sin recelo
tiene muy ancha la manga
tanto sirve de pachanga
como también para duelo.

Le sugiero algo sencillo
para que no se me agüite
llévelo al Chiquihutillo
o más cerquita al Mezquite.

Muy poca gente se vió
ni lector ¡cómo la ves!
Pues nomás éramos tres:
Quico, Cayetano y yo.

Y a mí me dio por pensar
que el ojos de trucha frita
con su sonrisa maldita
no era nada popular.

Cayetano Casillas

Fue una aula con su nombre
la que motivó su muerte
de este plecaro prohombre
esa fue mala suerte.
No soportó la emoción
de ver su nombre grabado
y casi inmortalizado
y se fue a parar al panteón.

Guillermo Peña

¡Se murió Guillermo Peña!
¿Y quién fue ese señor?
Les daré por santo y seña
mucha calva, poca greña,
narices de boxeador,
un conocido ranchero
más que todo ganadero
Como capillo ¡Ahorrador!

Y murió sépalo usted
de pura tristeza al ver
su ganado sin comer
y casi muerto de sed

Pusieron en su cajón
una soga, silla y freno
para las ratas veneno
jeringas y un biberón.

Carlos Ponce

Los gringos lo extraditaron
yo no sé porqué sería
más le confieso a fe mía
algo raro le encontraron

Pues total que vino a aquí
a gozar las dulces mieles
de su rancho “Los Laureles”
que no está lejos de aquí.

Más hago una aclaración
la extradición a fe mía
yo no sé porqué sería
no es que fuera maricón.
así anduvo este bribón
en palenques y casinos
en pachangas y entre vino
derrochando su pensión

Le sirvió como cajón
según la “migra” y sus datos
una caja de zapatos
¡Grande estaba el muy ca…buzón!

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