Te doy tres
años para que demuestres tu incapacidad…
No hay datos oficiales, porque
esas hojas se resguardan muy celosamente, como las nóminas eventuales o las
compras de materiales; pero el tema de los permisos para borracheras se han
incrementado de manera alarmante en los últimos años. No sólo en esta
administración, aclaro.
Pareciera que, ante la falta de
imaginación y compromiso social para emprender nuevos esquemas de empleo, las
autoridades han cedido a la presión (social, familiar, económica) de conceder
permisos o licencias para vender alcohol en sus diferentes presentaciones.
Hace una década se llegó al
extremo de lo mocho al no permitirle ni a las taquerías que vendieran cerveza.
Hoy, el alcohol, en cerveza, michelada, cantinas, bares o expoganaderas, se
distribuye a diestra y siniestra.
Y no es que seamos abstemios o
deseemos leyes tipo las de Chicago de los años veintes, pero consideramos que
se está excediendo el permisivismo en el tema de las borracheras.
Por un lado les pedimos a los
jóvenes que no beban, que no se alcoholicen, que manejen “si tomas toma taxi…”
etcétera; pero por otro lado, la autoridad permite, licencia o se hace el ciego
con tantos espacios, bares, antros o tugurios que pululan por la ciudad donde
se colman de chavos (y no tan chavos) a levantar sus plegarias al dios Baco.
Y ¿cómo nos damos cuenta que
andamos mal, con lo de las bebidas?, pues fácil, basta ver en el Facebook las
fotos de la feria: la gran mayoría son imágenes donde no faltó la botella o el
vaso. Las charlas de la fiesta abrileña fueron de común denominador: “Vamos a
la expo a pistear”, “nos pusimos bien pedos en el palenque”; la MS estuvo perrona
y nos echamos tres botellas”, “nos fuimos a la plaza a ver el castillo y nos
canchamos nuestro buen pomo”…
Todo tuvo que ver con el
alcohol, la comida, la cena, el palenque, la expo, el castillo.
Y si fuera sólo durante la
feriabril, pero no, el resto del año vemos las promociones en los antros:
“cinco mujeres entran gratis y les damos botella”; “Noche de tequilas” y otras “promociones” más
que atractivas para ponernos hasta la madre de borrachos.
Y después de que convirtamos a
nuestra sociedad en una masa alcohólica, ¿quién nos va a atender?, ¿quién
pagará la rehabilitación?, ¿quién, la desintegración, los embarazos indeseados,
las golpizas, los choques?
Estamos dejando de lado la
responsabilidad como sociedad al permitirnos embriagar a nuestra población sin
consideración.
De seguir así, en unos años más
(toco madera) no nos alcanzarán las unidades deportivas ni el parque
bicentenario para convertirlos en centros de recuperación de adictos al
alcohol; o lo que es peor, no nos alcanzará el presupuesto para que la Policía
ande cuidando a tanto borracho, sin distingo de género.
Me gustaría escuchar, entre
otras cosas, qué plan tienen los aspirantes a gobernantes sobre cómo atendrán
este tema, que no duele aún, pero como hiede…
1 Comentarios
excelente columna ramon lo felicito en verdad,, es muy triste que en tepa ya tenga mas cantinas. bares. y seudo centros botaneros, que escuelas todo gracias a unos cuantos funcionarios,
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