A ver, soy dueño de uno de los canales de
televisión más vistos del país y además tengo los derechos de transmisión de
varios equipos de fútbol y llegó la liguilla y me tocó televisar uno de esos
partidos este domingo. Qué bien, podré pautarlo en un horario estelar, qué tal
a las 8 de la noche y cobrar millonadas por los anuncios que salgan ahí, pues
mucha gente verá el fútbol a esa hora.
El IFE me pide que si por favor puedo
transmitir el debate entre los candidatos a la presidencia de la república a la
hora que tenía pensado programar el fútbol y que si recorro el partido a otra
hora, ¿a qué horas?, ¿a las 10?, ya todos se están acostando a dormir, ¿a las
6?, muy temprano.
Además, el IFE no paga nada y tampoco
entrar anuncios y ahorita que me estoy acordando, ya nos debe varias con sus
pinches reformas que hicieron que las televisoras a huevo tengamos que
transmitir las propagandas electorales y no hacer negocio con eso como antes.
La decisión está muy clara, el fútbol me
asegura televidentes, rating, anunciantes y dinero y el debate, nada; no estoy
para hacer favores de a gratis y mucho menos al IFE que tanto nos ha chingado…
Y la verdad es que el dueño de TV Azteca,
que no es santo de la devoción de muchos mexicanos, incluido este columnista,
está en su derecho de negarse a transmitir algo que no es obligatorio y que no
dejará ninguna ganancia económica.
La mayoría de los medios de comunicación,
aparte de ser eso, medios, son negocios también, incluido este Semanario,
negocios que tiene que dar de comer a quienes trabajan en ellos y si se puede,
utilidades para que la empresa crezca o bien sus dueños, se gasten dichas
utilidades en lo que más les plazca.
Es verdad que hay medios, sobre todo
impresos, que no son negocios, porque a sus directores y dueños no les preocupa
captar lectores, ofrecer un trabajo periodístico bien hecho o por lo menos
medio informar. No les preocupa porque tienen dinero de sobra y el medio sirve
para aparentar que de ahí se obtiene el billete y no tiene un origen oscuro y
tal vez poco honorable.
O bien, el medio lo quieren para algún
fin particular y poco popular y legitimar así lo que ser quiere propagar, como
apoyar a alguna organización política o partido o grillar al gobierno en turno
y debilitarlo (quítate, para ponerme yo).
Por fortuna este tipo de medios son pocos
y son más los que auténticamente informan o tratan de informar a la población.
Pero, no dejan de ser negocios y un negocio que se vuelve atractivo dependiendo
del impacto y penetración que tenga en la comunidad.
Y es ahí donde los medios entran en
predicamentos, donde hay que caminar con mucho cuidado entre la línea de la
información y el asedio y dinero de quienes quisieran que lo publicado hablara
bien de ellos. Esto es una fuente de discusiones internas en cualquier mesa de
redacción o edición o contenido.
Pero bueno, referente a los debates, creo
que sirven de poco, pues me parece que a estas alturas la mayoría de los
electores ya decidió por quién votar y esta decisión se tomó no hace unos días,
sino meses o hasta más de un año.
Todo es resultado de elecciones, pero
éstas se toman desde el principio y los resultados se hacen manifiestos tiempo
después. Elegí nunca hacer ejercicio de joven, pues de viejo sufro enfermedades
de todo tipo y ahora el doctor me prohibe todo; elegí no educar a mis hijos ni
reprenderlos, pues ahora de grandes ellos son unos delincuentes o unos
desobligados que no se pueden valer por sí mismos; elegí a un político que
cuando gobernaba su estado, tenía buena imagen, misma que ha conservado todo
este tiempo o bien, elegí no volver a confiar en un gobierno que ha decidido
hacerle la guerra al crimen y lleva miles de muertos… Bueno, cuando sea la hora
de votar, simplemente manifestaré lo que he pensado desde entonces, se hará público.
Quizás los debates sirvan para que el que
no conozca a los candidatos ahora sí lo haga. ¿De verdad habrá quien no los
conozca?, si todos los días los vemos por todas partes y las noticias siempre
nos hablan de ellos y las tarugadas que hacen.
Contienda casera
Pues ya arrancaron las campañas locales y
de acuerdo a la encuesta que publica la página web de este semanario, los tres
candidatos que se conocen hasta ahora, van muy parejos.
Lo anterior no significa que así llegarán
al día de las elecciones, ya alguno se irá despegando, quizá no mucho pero sí
con una ventaja suficiente para respirar tranquilos el 1 de julio.
A mí me gusta más otra lectura que se le
puede dar a la encuesta, aquella que dice que no hay ningún candidato débil,
como piensa más de alguno y como muchos desearon e hicieron lo posible porque
así pareciera, soltando frases como "todavía no tiene su registro",
"puso a todos sus empleados a votar" o "vean, ya empezaron las
campañas y ni sus luces; están jodidos".
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