Dime por quien votas y te diré quién eres…
Me sorprende la capacidad camaleónica que
algunos políticos tienen para adaptarse a las ideologías de los partidos
existentes y lanzarse a la aventura de conseguir la honrosa oportunidad de
gobernar, aunque sea, un pequeño pueblo de nuestra región.
¡Ah cómo brotan personajes ilustres que se
quieren partir el alma (algunos hasta la madre) a cambio de alcanzar un cargo
público!
De los políticos no me sorprende verles y
escucharles mentir: está en su escencia, es su tuétano la simulación, la farsa.
Lo que en este proceso electoral me tiene sorprendido es la capacidad que
tienen algunos aspirantes a servidores públicos, para hacernos creer que son la
última cheve del estadio Jalisco, el último “klinex” del bolsillo para los
temas. Nos quieren hacer creer que, si no es con ellos, si no es ahora, si no
es como ellos lo plantean, nada se hará, perderemos la identidad, la historia y
el futuro.
¡Vaya nivel de soberbia!
Si no votas por tal, nos lleva la changada.
Si votas por el otro, volverán las siete pestes.
Si le crees
a un periodista, eres vendido.
Si no
mandas un correo, formas parte de los corruptos.
Si no le
das “me gusta” en el face a las frases de otro, eres agachón.
En eso se ha ido este proceso electoral.
Bueno, en eso y en calificar las encuestas que cada quien presenta, con las
respectivas descalificaciones a cada trabajo estadístico.
Vamos, estamos llegando a tal nivel de
trivialización de la política que, hoy cada candidato se proclama
“independiente”.
Los hay quien es independiente de su partido.
Los hay
también quienes se dicen “alejados” de su abanderado nacional.
Otros se
desmarcan del candidato a gobernador.
Hay
candidatos a regidores que odian a quien encabeza su planilla…
Cuando veo,
leo o escucho a todos esos personajes montados en “sus campañas”, haciendo su
luchita por conseguir votos (sueldo) para los próximos años, me surge la duda
de cuál debería ser el proceso ideal para que la gente conozca a sus
autoridades antes de que asuman.
¿Cómo puedo confiar en alguien que cambia de
ideología partidista?
¿Cómo creer
en alguien que se desmarca de aquél que le invitó a la planilla?
¿Cómo
entender que, en un mismo partido y bajo los colores de esa institución, vaya
gente antagónica?
No lo entiendo, tal vez sea el pueblo quien
esté perdiendo su identidad y sean los políticos quienes estén en lo correcto.
Tal vez estemos todos locos y los únicos cuerdos sean los actuales candidatos.
Tal vez los Mayas tenían razón, este año se
acabo el mundo, y por eso debemos elegirlos a todos, a todos juntos para un
mismo equipo, de todos los partidos, ponerlos en el mismo gobierno. Ellos deben
ser la nueva raza de esta tierra… los mesías pues.
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