Por
el padre Miguel Angel
Un
científico que vivía preocupado con los problemas del mundo y estaba resuelto a
encontrar los medios para aminorarlos.
Pasaba
días en su laboratorio en busca de respuestas para sus dudas.
Cierto
día, su hijo de 7 años invadió su santuario decidido a ayudarlo a trabajar. El
científico, nervioso por la interrupción, le pidió al niño que fuese a jugar a
otro lado. Viendo que era imposible sacarlo, el padre pensó en algo que pudiese
darle con el objetivo de distraer su atención.
De
repente se encontró con una revista, en donde había un mapa con el mundo, justo
lo que precisaba. Con unas tijeras recortó el mapa en varios pedazos y junto
con un rollo de cinta se lo entregó a su hijo diciendo: “como te gustan los
rompecabezas, te voy a dar el mundo todo roto para que lo repares sin ayuda de
nadie”.
Entonces
calculó que al pequeño le llevaría diez días componer el mapa, pero no fue así.
Pasadas algunas horas, escuchó la voz del niño que lo llamaba calmadamente:
“Papá, papá, ya hice todo, conseguí terminarlo”.
Al
principio el padre no creyó al niño. Pensó que sería imposible que, a su edad
haya conseguido recomponer un mapa que jamás había visto antes. Desconfiado, el
científico levantó la vista de sus anotaciones con la certeza de que vería el
trabajo digno de un niño. Para su sorpresa, el mapa estaba completo. Todos los
pedazos habían sido colocados en sus debidos lugares. ¿Cómo era posible? ¿Cómo
el niño había sido capaz?
-Hijito,
tú no sabías cómo era el mundo, ¿cómo lo lograste?
-Papá,
yo no sabía cómo era el mundo, pero cuando sacaste el mapa de la revista para
recortarlo, vi, que del otro lado estaba la figura de un hombre. Así que di
vuelta a los recortes y comencé a recomponer al hombre, que sí sabía cómo era.
Cuando conseguí arreglar al hombre, di vuelta a la hoja y vi que había
arreglado al mundo.
Un
niño de tan sólo siete años, cuando consiguió arreglar al hombre, entonces pudo
arreglar al mundo.
Ese
es el verdadero secreto, porque mientras haya personas que tiran basura en
cualquier lugar, cortan árboles a su antojo, contaminan ríos y lago, queman
basura y plásticos y en general no respetan la naturaleza, nuestro planeta
llamado tierra estará enfermo y todos saldremos perjudicados.
Corrigiéndonos
de todos esos errores podemos lograr un ambiente más sano y respirar un aire
más puro y saludable.
¡Si
cada persona cambiamos, el mundo cambiará!
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