El segundo violín



Por el padre Miguel Ángel

Leonardo Bernstein, el famoso director de orquesta, fue interrogado una vez por un admirador: ¿Cuál es el instrumento más difícil de tocar?
 El replicó sin titubear: "El segundo violín". Yo siempre puedo encontrar cantidad de primeros violines, pero encontrar a alguien que toque el segundo violín, o segunda trompeta de pistones, o segunda flauta con el mismo entusiasmo, es un problema. Y si nadie toca el segundo instrumento, no hay armonía"... Los líderes no pueden liderar sin seguidores, colaboradores y ayudantes, aquellos dispuestos a ayudar sin tanto aplauso. Sin un liderazgo, ninguna institución u organización de ningún tipo podría ir adelante. Sin aquellos que los siguen con entusiasmo, ninguna institución tendría fuera. ¡La envidia, los celos, la ambición, entonces, puede matar tanto al progreso como a la estabilidad!
El verdadero creyente del Señor se regocija con los que triunfan, en lugar de envidiarlos o de hacerlos tropezar. Esto a veces puede ser difícil, pero cuando el brillo del éxito o la satisfacción van disminuyendo, la amistad, y el amor permanecen más resplandecientes y satisfactorias. Sigamos el ejemplo de Jesús que no vino a ser servido, sino a servir y a darse a los demás.
Desafortunadamente a veces nos encontramos con ambientes muy llenos de envidias y rivalidades.
Nos parecemos a los cangrejos que meten una olla o en un bote y ninguno puede llegar a la parte superior, porque los demás se lo impiden estorbándoles para que no lo logren.
Sin embargo también he conocido lo contrario, pues me he encontrado con personas, familias y comunidades que gozan bastante ayudando a que los demás triunfen en la vida en vez de llenarse de envidia alegrándose con el triunfo de los demás.
La Biblia nos enseña que debemos alegrarnos con el que se alegra, gozar con el que goza y llorar con el que llora.
Que bueno sería que sepamos llevar a la práctica estas enseñanzas y las transmitamos a nuestros familiares y amistades.

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