Errores y aciertos

Con nada se nos da gusto. La gente se queja del aumento de robos y otros hechos delictuosos más graves, como el secuestro u homicidio, pero no puede la policía poner un retén y revisar a alguien, porque no falta el que diga que son ilegales los operativos, se ponga agresivo en los mismos y "exhiba" a las autoridades en las redes sociales y profiera un montón de insultos.

También hay quien se queja de los accidentes vehiculares, sobre todo si hay víctimas mortales a causa del alcohol, pero cuando algún conductor borracho es detenido, sus familiares recurren a sobornos para que las autoridades lo dejen libre o le reduzcan la sentencia.

Con lo ocurrido el pasado martes, que estremeció a todos los que vivimos en esta ciudad, a las autoridades las agarraron desprevenidas y hubo algunas acciones equivocadas, como el no informar a tiempo sobre lo ocurrido, no explicar por qué más de 150 policías no pudieron controlar en poco tiempo y sin ninguna baja a cinco peligrosos sujetos y tampoco se ha dicho nada sobre los enfrentamientos que hubo en otros puntos de Jardines de Oriente, los cuales vieron decenas de personas y el gobierno ha hecho como que no sucedieron.

De lo anterior, la gente le está pasando factura al gobierno local y posiblemente repercuta en las próximas elecciones para alcalde.

Pero la ceguera, fanatismo y ganas de criticar sin ton ni son al ayuntamiento, no dejan ver los aciertos, como la petición de Jorge González Arana a los propietarios de casas y locales en renta, de fijarse a quién se le alquilan los inmuebles.

Muchos enseguida respondieron que no es posible, que cómo se le ocurre al alcalde pedir eso, que ni modo de que pidan el curriculum e historia familiar… y comentarios por ese estilo.

Es sensato lo que pide la autoridad y relativamente fácil de llevarlo a cabo. Cualquiera con un poco de sentido común sospecha de un desconocido que no tenga buena pinta y con tanto delincuente que ha detenido el gobierno y ha puesto sus fotos y vídeos en los medios, es medianamente fácil elaborar mentalmente un perfil y rasgos fisiológicos de ellos.

También, el casero, como no queriendo la cosa, puede indagar en su futuro inquilino, aspectos laborales, familiares, amistades y si algo no parece lógico, entonces sospechar.

Pero a todos nos gana la ambición y la avaricia; llega un desconocido de no muy buen aspecto pero con suficiente dinero para pagarnos la renta y que encima ni nos regatea el precio y nos entrega la lana al momento, enseguida decimos que sí y no nos importa que a lo mejor acabamos de rentarle a algún criminal, que usará nuestra propia casa o local para perpetrar sus fechorías.

Otro acierto de la autoridad, desde mi punto de vista, claro, podría ser el hecho de haber destacado el presidente municipal la denuncia ciudadana y que gracias a ello se logró dar con unos criminales este martes.

Muchos tienen miedo y creen que si denuncian puede haber una venganza contra ellos. Aquí lo recomendable es no entrar en conflicto con los vecinos sospechosos y llevar la fiesta en paz, para que el maleante no sepa a ciencia cierta quién lo delató.

Es más fácil decirlo que hacerlo, pero es precisamente de ahí donde se agarran los malandros para hacer de las suyas, saber que todos les tienen miedo y que nadie se atreverá a señalarlos, por temor a alguna supuesta represalia.

Hay que quitarse ese pensamiento, pues si no, al rato vamos a estar como en otras partes del país, donde la gente no sólo no denuncia a los criminales, sino que los encubren, defienden y apoyan y ya no por miedo, sino por conveniencia, pues los delincuentes financian obras sociales, fiestas, enseres para los vecinos y otras cosas más, lo que hace que la gente pierda de vista lo que son en realidad esos sujetos.

Ojalá que estos enfrentamientos que duraron más de tres horas, nos dejen lecciones a todos y nos hagan mejores ciudadanos de Tepatitlán. Presumíamos que Tepa era tranquilo y que nunca llegarían este tipo de cosas. Hagamos lo posible para que esto siga así y se trate de un hecho aislado.

Todos podemos hacer algo para evitar que la delincuencia organizada haga del municipio un territorio más de ellos.