Movilidad





Nuestras ideas de transportan en tortugas…

 Quién sabe en qué piensan nuestras autoridades municipales cuando platican de la planeación urbana, de las obras públicas y de la infraestructura de la ciudad.
 No ha quedado claro, en los últimos 30 o 40 años, a dónde llevamos a la ciudad de Tepatitlán.
Queremos progreso, reclamamos espacios. Discutimos por el bache, el puente peatonal, la calle sin mantenimiento del fraccionamiento tal. Pero nos quedamos ahí, en diálogos estériles de campaña: El candidato ofrece, el ciudadano le cree y luego, con el tiempo, ambos nos olvidamos del tema.
 Supongo que es por tema económico, por rentabilidad financiera y por votos de alguna colonia o barrio que las autoridades se atreven a hacer, construir, “remodelar” o ampliar avenidas y calles.
 Supongo también que creen los funcionarios y los políticos, que echando más concreto en la ciudad, se alcanzará el progreso.
Y tal vez sí, tal vez tengan razón.
 Pero en muchas partes del mundo, además del concreto, del trazo de calles, de amplias avenidas, de camellones con jardín y flores, además piensan las autoridades en unidades de transporte público.
 Nos quejamos de los gasolinazos de cada mes. Los que nos aplicaba Felipe Calderón y ahora Enrique Peña, pero no pasa de la queja.
 Nos quejamos de la tardanza, la mugre y lo limitado de las rutas del transporte público de la ciudad; pero ahí queda en lamento. No hay propuestas, no hay alternativa. Siguen pasando los días y las horas; pasan las administraciones, pasa la vida, pero no el camión, no cuando lo necesitamos, no a la hora que le necesitamos.
 Y si alguien lleva prisa, pues ahí están los taxis, que cobran lo que quieren, que son casi dueños de las calles y de las tarifas.
 Si la economía no alcanza para un auto o la desesperanza del urbano nos abraza, ahí está la alternativa de una motocicleta. No importa si no se cumple con las normas, con las placas, el uso de luces direccionales, la montura del casco protector o la licencia.
Y qué decir de los andadores especiales para transeúntes, caminantes o ciclistas. Esos no existen en el lenguaje, pensamiento o diccionario de los funcionarios. Nadie conoce espacios de traslado que no sean calles largas o cortas, con banquetas, angostas o con escalones (o con postes a media banqueta). Calles que luego de las fotos de su inauguración ya nadie vuelve a darle mantenimiento, a parchar o bachear (a menos de que algún funcionario quiera maquillar sus errores, claro, como en el Bulevar).
 El tema de la movilidad en Tepatitlán es tan ágil, como las propuestas, las discusiones que se tienen en el Ayuntamiento. Están tan consolidadas entre la sociedad, que nadie, ni los expertos en desarrollo urbano, hablan del tema.
 El día que la desgracia quiera llegar a nuestra ciudad, espero que venga arriba de una unidad del servicio de transporte urbano…

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