Despacio, que llevamos prisa
No
se trata de maltratar al usuario. No.
Tampoco
de echar el camión a estudiantes, automovilistas o ciclistas. Tampoco.
Mucho menos se trata de matar gente. No.
En el tema de la movilidad, en Tepatitlán,
aplicamos métodos de principios del siglo pasado.
Queremos hacer crecer a la ciudad a punta de
ocurrencias y, en el área de cómo movemos a los ciudadanos, tenemos atrasos
inaceptables.
Ahora que el tema del servicio de camiones
estalló en la Zona Metropolitana de Guadalajara y que todo mundo quiere sacar
raja política, es propicia la ocasión para que, acá, donde no hace viento y
donde nos aplican las tarifas más caras del transporte (taxis o camiones
urbanos), dialoguemos sobre el tema de cómo vamos a movilizar a la población
cuando tenga que ir al trabajo, a la escuela o por el mandado.
Resulta miope la visión de tener sólo cinco
rutas de camiones urbanos que muevan a decenas de miles de usuarios diarios.
Que cueste más que en Guadalajara y que no caminen después de las 9 de la
noche.
Y más miope resulta la política pública de
tener tan pocos taxis en tan reducidas áreas, quienes cobran la salida y la “llevada”.
Si hubiera más “sitios”, no tendrían que cobrar su traslado al domicilio de
quien pide el taxi para llevarlo a otro domicilio (son dos servicios, dicen).
Y qué decir del aspecto físico de algunos
conductores. ¡Ufff!
No
se trata de que vistan alta costura. Se trata de que anden presentables, que
proyecten seguridad al usuario, que sean la imagen amable de la ciudad.
No hay más que dos opciones públicas en la
ciudad para la movilidad: camiones urbanos o taxis.
Ya tampoco hay opciones de desarrollo. No hay
rutas ciclistas, no hay andadores con banquetas dignas; no hay rutas de
transporte sustentadas en necesidades específicas. Todas las rutas, todos los
camiones cruzan el centro, aunque los pasajeros no tengan ni la menor de las
necesidades de pasar por la plaza de Armas.
Ahora que se habla tanto del tema del
transporte, nos gustaría escuchar a los especialistas, a los ingenieros, a los
universitarios, a los arquitectos, hablar sobre este tema.
La infraestructura urbana y el equipamiento de
la ciudad son temas más que importantes para consolidar a este pueblo como una
ciudad intermedia.
A menos que debamos esperar a que –Dios nos
libre-, haya un muerto por transporte para meter las manos en el tema.
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