Por Pbro. Arturo Cruz Gutiérrez
Si aún no encuentras qué sacrificio de
cuaresma puedes ofrecer a Jesucristo, tal vez te interese esta idea...
Ayer me dijo una persona: “No se me
ocurre ninguna buena idea para mi sacrificio de cuaresma. ¿Me sugiere algo que
usted crea que le agrade a Jesucristo?”
A los sacrificios
de cuaresma se les da con frecuencia un enfoque negativo: cosas a las que hay
que renunciar. No se le debe de dar este enfoque, ya que la cuaresma es el
examen que nuestra madre la Iglesia nos hace para ver si pasamos a vivir y
celebrar la pascua, es decir la resurrección. Y por lo que veo muchos
reprobamos este examen.
Abstinencia, ayuno, abnegación, renuncia,
son palabras que se ponen de moda en cuaresma. Renunciar a cosas agradables es
difícil, supone sacrificio. También supone sacrificio ser generoso, salir de sí
mismo y pensar en el bien del otro antes que en el propio.
Cuando Jesucristo
tenía la cruz delante dijo que él daba su vida voluntariamente: “Nadie me la
quita, yo la doy por mí mismo.” (Jn 10,18ª) Fue un acto de generosidad. El
sacrificio de Jesucristo fue poner amor y poner el mayor amor posible. El que
si pasó el examen. Gracias a la oración que siempre mantuvo con su padre.
Si aún no
encuentras qué sacrificio de cuaresma puedes ofrecer a Jesucristo, tal vez te
interese esta idea: salir de tu mundo al encuentro de tus hermanos
especialmente los más necesitados. Qué te parece si preguntas en tu comunidad
cuales son las necesidades más urgentes en ella. Y te decides a hacer una, solo
una. Y además te pones a orar por ellas.
¿Y por qué lo
propongo como sacrificio de cuaresma? Porque es el patito feo de la pastoral.
Muchos somos buenos para hacer propósitos de cuaresma que van en la línea de lo
personal, en privarnos de algunos gustos personales, Pero se hacen muy pocos
propósitos que tocan las obras de misericordia. Creo que los consejos bíblicos
van en esta dirección de apoyar al hermano que necesita.
Un modo de hacer
una buena obra de misericordia, Es hacer lo que Jesús nos dice en su palabra.
Rueguen por quienes les calumnian, por quienes les persiguen y difaman. Por qué
si aman solo a los que los aman que hacen de extraordinario, no hacen eso mismo
los paganos…
”Interceder, pedir en favor de otro, es,
desde Abraham, lo propio de un corazón conforme a la misericordia de Dios. En
el tiempo de la Iglesia, la intercesión cristiana participa de la de Cristo: es
la expresión de la comunión de los santos. En la intercesión, el que ora busca
“no su propio interés sino el de los demás” (Flp 2,4), hasta rogar por los que
le hacen mal”. (Catecismo 2635)
Lo más difícil de
este sacrificio es hacer la oración con un corazón que ha conocido la
conversión. Cuando hagamos oración por las personas que nos resulten pesadas o
nos hayan hecho daño, hay que hacerlo poniendo buenos sentimientos. No es un:
“Te suplico, Señor, que esta persona se muera cuanto antes, pues no la
soporto”, sino de verdad poner amor, como Jesús: “El cual, habiendo ofrecido en
los días de su vida mortal ruegos y súplicas con poderoso clamor y lágrimas al
que podía salvarle de la muerte, fue escuchado por su actitud reverente, y aun
siendo Hijo, con lo que padeció experimentó la obediencia; y llegado a la
perfección, se convirtió en causa de salvación eterna para todos los que le
obedecen” (Hb 5,7-9).
¿A quién se le ocurre orar por los
enemigos, por las personas insoportables, por quienes no nos perdonan, por
aquellos que nos han herido, por quienes nos ofenden y hacen daño, por los
seres queridos que nos hacen sufrir? A un buen cristiano.
Poner amor como
un acto generoso y gratuito es un modo de construir la civilización del amor.
La civilización del amor también se construye orando por aquellos a quienes
hemos hecho sufrir y por quienes nos han hecho sufrir.
Te propongo que
al terminar de leer este artículo pienses en alguien que te cueste tratar, o en
alguna persona que te haya hecho daño, o en alguien que se dedique a ofenderte,
y que reces por él. Y puedes rezar también por aquellos que sienten lo mismo
respecto a ti. Hacerlo todos los días de cuaresma sería lo mejor.
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