Celebran 14 aniversario de canonización de Tranquilino



7 días.- El pasado miércoles por la tarde, se pusieron en una urna algunas de las reliquias de San Tranquilino Ubiarco Robles y se colocó a un costado de uno de los carros alegóricos usados durante las pasadas fiestas abrileñas de esta localidad, el del mártir San Tranquilino.

Dicho carro fue acompañado por la banda de guerra de la escuela Vasco de Quiroga y feligreses e inició el recorrido, partiendo desde el Santuario del Señor de la Misericordia, dando vuelta por las calles Colón, Pedro Medina, Pantaleón Leal y Esparza, donde los vecinos de esas arterias se alegraron por este acontecimiento y se unieron con regocijo este gran día. 

Los feligreses rezaban y entre vivas y aplausos el carro alegórico trasladó la estatua y algunas de las reliquias del santo, hasta llegar a donde se encuentra la construcción de su templo, donde un gran número de personas lo esperaban con alegría. 

Se efectuó una misa oficiada, por el cura Erminio Gómez González, conmemorando así el 14 aniversario de que fuera beatificado al lado de 24 mártires mexicanos un 21 de mayo del 2000, por el hoy también santo Juan Pablo II.

San Tranquilino Ubiarco Robles nació en Zapotlán el Grande, Jalisco, el 8 de julio de 1899. Fue vicario con funciones de párroco en Tepatitlán y fue uno de los infatigables y abnegados misioneros en los tiempos difíciles de la persecución. Nada le detenía para ir, lleno de caridad, a administrar los sacramentos y a sostener la vida cristiana de los fieles, celebrando la Eucaristía en casas particulares. 

A principios del mes de octubre de 1928 fue a Guadalajara a comprar lo necesario para el sacrificio eucarístico. Alguien le hizo ver que su campo pastoral estaba enclavado en la zona de mayor peligro. “Ya me voy a mi parroquia; a ver qué puedo hacer y si me toca morir por Dios, ¡Bendito sea!”, dijo el cura. 

Cuando una noche preparaba la celebración de la Eucaristía y la bendición de un matrimonio, fue hecho prisionero y condenado a morir ahorcado en un árbol de la alameda, a las afueras de la ciudad de Tepatitlán. Tranquilino, con entereza cristiana bendijo la soga, instrumento de su martirio y a un soldado que se negó a participar en el crimen, le dijo, repitiendo las palabras del Maestro: “Hoy estarás conmigo en el paraíso”. Era la madrugada de un 5 de octubre de l928.

Tranquilino Ubiarco es motivo de dicha y orgullo para muchos tepatitlenses, que aunque no nació en esta ciudad, lo sienten como tal.   

Siendo muy joven defendió la fe católica y luego de haber sido ordenado sacerdote cuatro años atrás, Tepa tiene su santo, aunque todavía se construye su templo, a un costado del árbol en donde fue colgado, en la calle Esparza.


(Con información de Mary Franco Camarena)

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