Coyotes


¿Astucia o picardía?

  Hace casi un año que se lanzó la señal de que Tepa le entraría al esquema de Asociaciones Público Privadas para llevar a cabo tres obras de equipamiento de la ciudad.

 Se habló mucho del tema, se presentó el primer proyecto (la central camionera) y se dijo, en aquel entonces, que las APP, como se les conoce a esas figuras contemporáneas de inversiones en obra pública, serían la panacea para los grandes proyectos de la ciudad.

 Hubo una funcionaria y un funcionario, ella y él, que impulsaron el tema con gran ímpetu.

 Desde el principio se pusieron la camiseta y, desde la gestoría municipal se plantearon sacar los temas atrayendo inversiones. El mango de la sartén estaba en una pequeña oficina de la segunda planta del Palacio Municipal.

  En el tema, algunos funcionarios aparecían como los grandes promotores. El alcalde Jorge González fue muy conservador. Hubo reuniones con regidores, con funcionarios, hubo reuniones con inversionistas y con constructores. Todo iba sobre el riel. Hasta se cambiaron las oficinas, el tianguis y se recuperó para el municipio el elefante de la “central camionera”.

 De pronto, y sin razón aparente, las cosas cambiaron. Quienes impulsaron las APP se habrían tornado en los obstáculos principales del tema. Los regidores comenzaron a dudar, el Síndico tuvo sus preocupaciones. El alcalde siguió con su actitud conservadora, sin descartar pero tampoco sin confirmar el avance de las APP.

 Llegó el momento en que, extrañamente, regidores panistas se opusieron a que avanzara el tema. Hubo funcionarios que cuestionaron el destino de los “escombros” de lo que es hoy la “central” y, también, hubo quién reclamó ya no estar en las negociaciones con los inversionistas.

 El tema se enfrió. Se empantanó. Se sembraron dudas y salieron dedos flamígeros apunando a varias oficinas municipales para que no caminara el tema.

 Curiosamente –y el tiempo permitirá mayor claridad-, cuando el alcalde optó por empujar el tema, se encontró con una resistencia panista que resolvió a través de la Comisión de Reglamentos, presidida por Graciela García, para darle certeza jurídica a las Asociaciones y, en consecuencia, abrir la puerta para arrancar, de una buena vez, con la Central Camionera y con los otros temas.

 Se buscaron actores “ajenos” al grupo que toma las decisiones en el Ayuntamiento para levantar cortinas de opinión que cuestionan las Asociaciones, pero nunca aparecieron los directores de escena.

 El asunto de las APP es, obviamente, un tema de grandes capitales, pero también lo es de grandes intereses; en especial para quienes, desde el Ayuntamiento o desde la iniciativa privada, empujan para que estos temas salgan adelante.

 Lo cuestionable del caso Tepatitlán no sólo es la poca información ecuánime que se debió generar. Lo preocupante es la opaca participación de algunos funcionarios –ellas y ellos- que a punta de murmullos, de versiones off the record  quisieron lanzar para atorar un tema que, dijeron hace un año, lo traían tan aceitado que les dejaría buenos resultados personales.

 Para alcanzar el éxito –se dice- debes actuar con la astucia de un zorro. Pero hay quien, desde la intimidad de oficinas de gobierno, buscan aplicar picardía de coyotes…

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