Reclamos

¿De quién es el dinero público?

 Ahora que comenzaron las nuevas obras de la ciudad, el Ayuntamiento tuvo motivos para presumir sus gestiones. Son obras que le darán una imagen diferente a Tepatitlán, de eso no hay duda.

 Tampoco hay duda de que la gestión de dinero por parte de los diputados, de los funcionarios y del propio alcalde, para esas obras, han sido exitosas. El municipio tiene hoy en día, el presupuesto más amplio de su historia. Eso es innegable.

 Pero por parte de los profesionales de la construcción, los anuncios de esas obras como la Alameda y el Circuito Interior no son suficientes. Ellos reclaman más información, convocatorias más abiertas y oportunidad de participar en los trabajos.

 Por separado, los Colegios de Arquitectos y de Ingenieros de Tepatitlán, por conducto de sus líderes, manifestaron su inconformidad, primero, por no “socializar” los proyectos y, segundo, por no involucrar a sus gremios en los trabajos. Piden piso parejo para alcanzar a cumplir con los requisitos de esas obras.

 Y es precisamente ese punto donde el Gobierno de Jorge Eduardo podría estarse equivocando.

 Es un logro tener el mayor presupuesto de la historia.

 Es plausible la gestión de todos los actores: Cecilia González, Elías Iñiguez, Paty Pérez, Oscar Camarena, Luis Alfonso Martín del Campo, Rigoberto González “Chachi”, y otros tantos que se empeñan en atraer inversiones a la ciudad, al municipio.

 Es meritorio que haya más calles y nuevos espacios para la ciudad, más equipamiento y mayor infraestructura. Eso nadie lo duda.

 Lo cuestionable, como lo señalan los Arquitectos y los Ingenieros, es que el impacto económico de esas obras, la proveeduría, los empleos y por ende, las utilidades, no se queden en Tepa, que por “cumplir con normas” se cierren las puertas de la generación de empleos y negocios a los constructores locales.

 Jorge Eduardo tiene en sus manos un capital político que se refleja en la cantidad de obra que hoy en día se hace en todo Tepatitlán. Esperamos que no se empañe ese capital por la falta de claridad, de transparencia, de socialización.