Por el padre Miguel Ángel
padre.miguel.angel@hotmail.com
Lo primero que debes reconocer, creer y aceptar es que el alcohólico padece de una enfermedad real, una enfermedad que afecta a todos los que mantiene una relación estrecha con él.
Una vez que hayas aceptado a idea de que el alcoholismo es una enfermedad, de la cual el bebedor compulsivo y lo que se preocupan por él puede hallar alivio, no tendrás razón alguna para sentirte avergonzado del alcoholismo, ni razón para temerlo.
No esperes a que el alcohólico busque ayuda antes de tomar una decisión en tu propio beneficio. Cualquiera que esté en contacto estrecho con un alcohólico se halla en constante presión y tensión emocional y necesita ayuda para librarse de esto. Nada te dará más alivio que la comprensión y la ayuda sincera que encontrarás en u grupo de familia Al-Anon. Allí tú, como un miembro dijo una vez: “Aprenderás a vivir de nuevo”.
- No trates al alcohólico como a un niño; no lo harías si padeciera de cualquier otra enfermedad.
- No lo vigiles para saber cuánto beb.
- No busques licor escondido
- No derrames el licor, el alcohólico siempre encontrará la forma de buscar más.
- Nunca discutas con él mientras está bajo la influencia del alcohol.
Si puedes evitar estas cosas conseguirás llegar a encontrare en un estado de ánimo más tranquilizador. Todas estas advertencias se basan en buenas razones, surgidas de la experiencia de muchas personas.
El alcohólico sufre de un sentimiento de culpabilidad, mucho más de lo que el no alcohólico pueda imaginarse. Recordar los fracasa, el abandono de la familia y amistades y las faltas es un esfuerzo inútil, solo empeora la situación.
Testamento del alcohólico
Dejo a los autores de mis días un dolor que no sé cómo podrá soportarlo en su vejez.
Dejo a mis hermanos toda la vergüenza y el pesar que les causé con mi manera de vivir.
Dejo a mi esposa un corazón quebrantado y una vida de miseria.
Dejo a cada uno de mis hijos pobreza, ignorancia, embrutecimiento y el triste recuerdo de que su padre murió víctima de la embriaguez.
Dejo a la sociedad un carácter detestable, un ejemplo funesto y una memoria odiosa.
Acude a alcohólicos anónimos y familias Al-Anon.
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