Vialidad sin vigilancia


Desde que se unieron la policía y tránsito municipales pasan cosas raras en las vialidades de Tepa y es que la vigilancia a los automovilistas prácticamente ha desaparecido desde entonces y las acciones para ordenar el tráfico vehicular se limitan a esporádicos operativos y retenes que producen muchas quejas.

Pese a que en un principio la versión oficial sobre la unión de ambas corporaciones fue que así los elementos de ambas corporaciones harían doble labor, de policías y tránsitos, lo cierto es que la fusión de estos dos cuerpos obedeció al déficit de oficiales que tiene el municipio y que se sigue agravando, ya que es más fácil que un elemento sea dado de baja que sustituirlo por uno nuevo, ya ni se diga, por ejemplo, correr a uno de ellos y al mismo tiempo contratar dos o más.

Hace dos años el gobierno de Tepatitlán se dio cuenta de que le faltaban policías y que contratar nuevos no es sencillo y pese a la unión de las dos corporaciones municipales, el problema sigue y se agrava. Policías siguen dándose de baja por muchos motivos, indisciplina, sanciones internas, conflictos con la ciudadanía que derivan en cárcel para los oficiales o su despido, colusiones con el crimen organizado, atentados por parte del mismo, que reprobaron el examen de confianza o simple renuncia ante amenazas que reciben por parte de los delincuentes.

Y contratar a uno ya no es tan fácil, donde decía un amigo que aquel que no lo contrataban ni como chalán de un albañil, se enrolaba en la policía. Ahora lleva todo un proceso, que cuesta tiempo y dinero al municipio y no se garantiza que el cadete logre quedarse de forma definitiva en la corporación y es por eso que durante unos días o semanas vemos jóvenes mujeres y hombres con uniforme y luego simplemente desaparecen.

De tal suerte que las autoridades, ante la carencia de elementos que vigilen las calles y combatan el delito, han optado por descuidar lo que ellos consideran que no es tan grave: la caótica situación vial de Tepatitlán.

Todo mundo se estaciona donde quiera, se para a media calle si quiere, circula a la velocidad que más le guste, ignorando los señalamientos, a los demás conductores y peatones y hasta a los mismos policías, que ven a alguien a exceso de velocidad y no hacen nada o ven que un conductor se estacione donde no debe y se hacen de la vista gorda.

En esta semana, en la acera de Porfirio Díaz, junto a la notaría parroquial y que de 11 a 15 horas está prohibido estacionarse, había toda una hilera de coches estacionados a las 1 de la tarde y por esa misma banqueta circulaba a pie un grupo de tres policías, que ni siquiera voltearon a ver los vehículos infractores.

De hecho, un conductor llegó en ese momento e hizo maniobras de estacionamiento frente a los oficiales, pero nada pasó, el chofer dejó su vehículo como si nada, sin ser molestado.

Es por eso que muchos se molestan cuando de repente la policía se acuerda que también debe estar a cargo de la situación vehicular y monta operativos de alcoholimetría o retenes en el bulevar para multar a los camioneros o motociclistas sin casco.

Los operativos de alcoholímetro causan molestias sobre todo a aquellos conductores que no han consumido ni una gota de alcohol pero que tuvieron la mala suerte de pasar por una avenida totalmente cerrada y con decenas de carros parados, con conductores esperando a que les hagan la prueba para ver si tomaron.

Los conductores de camiones de carga, si son de Tepa y deben usar el bulevar para llegar a sus casas o sus centros de trabajo, tienen razón en molestarse si son multados absurdamente por circular en dicha avenida y el agravio aumenta si el trato de los policías no fue del todo cortés.

Posiblemente nunca se logre tener el número óptimo de policías y menos con la crisis de seguridad que atraviesa el país y que el gobierno federal y estatal ya no saben ni qué inventar para resolver la situación.

Tal vez tampoco volvamos a contar con una policía vial, menos si sigue la tendencia de unificar todos los mandos como pretende Peña Nieto…

Pero lo que sí puede hacer actualmente la policía de Tepatitlán es poner un poco de orden en la vialidad sin necesidad de un gran operativo. Esos elementos que ociosamente caminaron por la Porfirio Díaz a la 1:30 de la tarde sin hacer nada, bien pudieron andar cada quien con un bloc de multas y repartirlas entre los automotores ahí mal estacionados.

Esos patrulleros que andan a toda prisa con los códigos luminosos encendidos, pero que en realidad circulan sin rumbo fijo, bien pueden darle alcance a un carro que vaya a exceso de velocidad  o un motociclista sin casco y darle su folio.


¿Dónde están esos policías motorizados que ponían multas a vehículos mal estacionados? ¿Dónde está ese grupo de reacción que prometía llegar a cualquier emergencia en cuestión de unos minutos? Hace como un mes el ayuntamiento dio a conocer que varios oficiales habían recibido y aprobado un curso para poder circular en moto de manera rápida y segura, pero ¿dónde están esos polis motociclistas?

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