70 años del canónigo José Mejía Sosa como sacerdote


Por Oscar Maldonado Villalpando

En su familia se ordenaron 3 hermanos, a él le tocó arreglar la Basílica y las habitaciones cuando San Juan Pablo II visitó San Juan el 8 de mayo de 1990.

Don José Mejía nació el 26 de enero de 1918. Vivió el tiempo de la Cristera y los años difíciles de la nueva etapa del Seminario de Guadalajara.

Llegando a la meta

“Después de 10 años, recibimos el Sacramento del Orden 14 condiscípulos”, fue una dichosa mañana de primavera, el 31 de marzo de 1945, de manos del vigoroso arzobispo don José Garibi Rivera, que de Dios goce. Bendigo a Dios porque de entre compañeros y superiores, Dios me ha conservado la vida hasta el día de hoy. 

Un recuerdo especial es a mi compañero Ausencio Plascencia fallecido en Atenquique por cuidar la Eucaristía, a los obispos Miguel González Ibarra y Luis Rojas Mena, J. Jesús Quezada Limón, (“Jesús mi hermano” decía el Señor Quezada) y a todos igualmente. Al P. Michelín, el que desde entonces, hacía buenos versos (1947) se debe que se pusiera de moda el mote del de los “Coelicolas”, a los alumnos un poco especiales o distintos, quizá piadosos o intransigentes. Ese año, en Montezuma, sin relación a los 14 de Guadalajara, se ordenaron: Ignacio Gómez Robledo y su hermano José, Heriberto Navarrete Flores, que antes fue cristero, Tiberio Munari Chiomento

Detalles especiales:

Los ordenados este día 31 de marzo de 1945 fueron 14 como se ha mencionado, de ellos, Víctor García pertenecía a la diócesis de Villahermosa, se incorporó al grup0 solamente tres años, Taurino Ruiz era del grupo de 1941, fue enviado a Roma y regresó muy enfermo (Todos regresaban así) por eso no se ordenó con sus compañeros, en el 41 se ordenaron 45, 20 en Guadalajara, 20 en Montezuma y 5 en Roma, de esos 45 vive uno en la diócesis de Cd. Guzmán, Jesús Rodríguez, va para los 75 años de ordenado. De ese grupo fue don Luis Navarro Romero (otros tres hermanos), Vicario General en San Juan de los Lagos, muchos años), hombre de confianza como ceremoniero del Señor Garibi junto con el Señor Enrique Toral, porque había hombres claves y de confianza: en el Seminario don Salvador Rodríguez Camberos, don José Salazar López y don Jesús Becerra Fernández, en el magisterio don Carlos Quintero Arce y una falange colosal, en economía don Antonio Chávez Carbajal, para  predicar don José Ruiz Medrano, y otros claves en los distintos puntos cardinales de la diócesis. Una organización sólida y eficaz. En 1941, se habían reunido dos grupos por un cambio en los planes de estudios, el año de ciencias. Eucario López fue compañero del Señor José Ruiz Medrano, dejó el seminario por 18 años, trabajó en México y regresó para ordenarse con este grupo de 1945, trabajó en la mitra y fue maestro de contabilidad.  

Duc in altum. Rema mar adentro

(Conduce mar adentro)

En mayo de 1945, el P. Jesús Mejía Sosa fue destinado a Amatitán y a José lo enviaron como su vicario, en agosto de ese año hasta 1951. El segundo destino fue San José de las Flores donde ejerció un muy fecundo apostolado y una encomiable labor social. El tercer destino fue La Ribera de Guadalupe como primer párroco en 1956, por 17 años, una etapa de abrir camino para ese pueblo, en la educación y en la formación y vida cristiana, en la atención a tantos ranchos. 

Se va de misionero

Acepta ir a la diócesis de Tuxtlá Gutiérrez, en 1973 de parte de su nueva diócesis de San Juan de los Lagos,  estuvo en Suchiapa 5 años y cuatro en la capital, parroquia de N. Señora del Sagrado Corazón y Santa Cruz, siendo su vicario, el ahora obispo, Oscar Campos. Don José facilitó que surgieran varias vocaciones. 

Algo muy triste sucedió, Jesús, que también había misionado en Chiapas, al regreso, lo nombraron párroco de Tototlán, fue a un rancho, el 25 de mayo, a celebrar la fiesta del Corpus, amenazaba tormenta y regresaba apresuradamente en su automóvil y sufrió una volcadura fatal, sobrevivió 15 días y falleció el 8 de junio de 1967.

Bajo el manto de la Virgen de Sa Juan

José es destinado a la Catedral de San Juan en 1982, y elegido para Canónigo. El 8 de julio de 1987 fue nombrado como Penitenciario, Vicario de Religiosos y Religiosas. Dios le guardaba un ministerio muy importante. El Papa san Juan Pablo II estaba por visitar San Juan El 8 de mayo de 1990. D. José tuvo mucho que ver en esa visita, sin saltar al primer plano, con el Canónigo Bruno Mendoza Cabrera y el P. J. Guadalupe Rodríguez encabezó el arreglo de las inmediaciones de la Basílica, el interior, las instalaciones donde el Santo Padre tomaría los alimentos y descansaría, un trabajo formidable.

Retorno a Guadalajara

En 1995 celebró sus Bodas de Oro. A los 82 años pidió a su Obispo, Javier Navarro, licencia para acompañar a su hermano Nicolás que estaba delicado, que había entregado su comunidad  en Cd. Granja en febrero de 1992. Así que José se despedía de La Virgencita del milagro cirquero y de la que fue su casa por varios años, la Catedral Basílica, el 2 de octubre del año 2000. Desde entonces atiende la capilla del Espíritu Santo.

Las despedidas. Nicolás fue adscrito con su compañero Aquileo Castillo, se querían y ayudaban mucho. Don Aquileo se enfermó y murió el 10 de septiembre de 2011, don Nico se puso muy triste y a los tres meses exactamente se nos fue, el 10 de diciembre de 2011.

Murió la hermana que lo acompañó toda la vida. Y don José es el único sobreviviente de sus hermanos de sangre y de sus hermanos sacerdotes.

Por eso dice: “Bendeciré al Seño que me aconseja, aún de noche me instruye internamente; tengo siempre presente al Señor, con Él a mi derecha no vacilaré” El sacerdote, dice D. José es para todo el mundo, no hay que cerrarse a la diócesis de incardinación, Dios llama a la misión.

El día 31 de marzo se cumplen los 70 años, es el día de la misa Crismal de San Juan, en la Sagrada Familia de San Miguel el Alto. Quieren que esté presente don José para celebrarlo.

El 9 de abril de 2015 a las 12 del día será su misa de acción de gracias en La Unión de Guadalupe. Desde niño buscó a Jesús y se quedó con Él. Vale la pena alabar al Señor y valorar este gran ejemplo de entrega, alegría e ilusión sacerdotal.

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