Mal gusto



Menos mal que en la pasada entrega de los Óscares no hubo uno al mal gusto, porque también Alejandro González Iñarritu lo hubiera ganado esa noche. Hablar mal en contra del gobierno o la situación del país y más en un evento tan prestigiado, es lo más fácil del mundo y políticamente correcto para muchos, amén de garantizar hordas de fanáticos a los pies del que de manera comodina le da por “opinar” sobre política y que ése sea su “granito de arena” para mejorar a México o al mundo.
No se minimiza el trabajo hecho por este director de cine mexicano, ni de los otros compatriotas que han triunfado en el séptimo arte en los últimos años a nivel internacional. Y ganar un Óscar supongo que debe ser lo máximo para un cinéfilo o alguien que vive de la industria.
Pero hablar mal del gobierno en turno (si en 2018 gana un partido de izquierda la presidencia y la situación de violencia en el país sigue, también seguirán las críticas) nomás para encender algunos ánimos y ganarse el aplauso fácil de otros, cualquiera lo puede hacer, de hecho, cualquiera lo hace, siempre y cuando se comulgue con este tipo de ideas, pero no siempre se es González Iñarritu y muchísimo menos se está en la entrega de tan prestigiado premio.
Me pregunto si alguna vez este director de cine vivió de cerca la violencia en el país como lo han vivido miles de personas que han terminado sin vida a manos de algún delincuente, como los de Ayotzinapa o mini distribuidores de droga o adictos que un día le quedaron a deber al capo, decidieron cambiar de proveedor o lo delataron con alguna autoridad y a cambio recibieron varias balas.
Me parece que en un set de Hollywood, que todo es lujo, glamour y comodidades, donde seguramente González Iñarritu y otros directores y actores mexicanos han sabido estar últimamente, lo único que conocen de la barbarie que azota a ciertos sectores del país es la mota o cocaína mexicanas que consumen algunas estrellas del cine.
¿Se harán pendejos González Iñarritu, Eugenio Derbez o Salma Hayek cuando ven a alguna estrella gringa fumando mariguana hecha en México? Yo creo que sí. ¿Se atreverán a decirles a estos famosos adictos que no consuman droga mexicana, pues enriquece a unos pocos narcos y asesina o desaparece a varios miles? Yo creo que no.
Pero qué chingón es tener gran parte de la atención internacional y echarle cacayacas al gobierno mexicano, ya con eso sienten que están haciendo algo por el país, aparte de ganar un Óscar.
Si deveras amaran al país del que ya ni se acuerdan por estar ganando en dólares en Estados Unidos, todas esas estrellas advenedizas mexicanas deberían siquiera filmar un comercial alentando a los jóvenes a no consumir drogas ni participar en su producción o distribución. Eso sí sería un gran gesto de parte de los famosos que brincaron el Río Bravo.
Hablar mal del gobierno, de la corrupción y otros azotes de la política cualquiera lo hace y no parece que ayude en mucho. Estuvo el PAN en el gobierno federal y nada pasó, regresó el PRI y sigue igual todo; está la izquierda en el DF, Morelos y Guerrero y nada menos en esos estados se han visto algunos de los peores episodios de la narcoviolencia que padecemos desde hace ya casi diez años.
Eventualmente los gobiernos mejorarán, cuando la democracia se perfeccione y los electores castiguen a las autoridades y partidos que no la hicieron, pero del otro lado de la moneda, o sea, el pueblo, nosotros, también hay muchísimo por mejorar y tirarle cómodamente al gobierno sin hacer nada más no ayuda en nada.
Para no ir tan lejos, aquí nomás en Tepa, la gente se ha quejado de los ayuntamientos de Cecilia González y Jorge Eduardo y les han dicho de todo, con o sin razón, pero, seguimos estacionándonos en lugar prohibido, deteniéndonos a media calle con nuestro carro sin importarnos los que vienen atrás, manejando sin casco si vamos en moto, invadiendo las banquetas para vender algo, “apartando” los lugares de estacionamiento, cerrando calles si se nos ocurre hacer una fiesta y no tenemos espacio en nuestra casa y un montón de cosas más.
Y así criticamos y pedimos que cambien nuestras autoridades, cuando nosotros estamos en lo mismo.
Y nomás porque nadie de Tepa ha sido tan famoso ni ha ganado un Óscar, si no Jorge Eduardo o Cecilia ya hubieran sido balconeados internacionalmente, con o sin razón.

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